Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Antonio Peredo Leigue
El TIPNIS: La solución
a que se llegó el domingo 23 de octubre, es una solución circunstancial que no
ha resuelto ningún aspecto: ni la construcción de la carretera ni la protección
del parque Isiboro – Sécure.
El manejo perverso de
la ‘intangibilidad’ muestra que no se ha asumido la lección que esa marcha de
reivindicación dio a todo el país.
La influencia de las
ONG’s ambientalistas, de las embajadas complotadoras y de los reductos
opositores, se deben a ese mal manejo y poca comprensión del tema.
Algunas sugerencias
para superar tal estado: Una gran reunión con los indígenas, no con los colonos
ni otros asentados, donde se establezcan los lineamientos de protección pero
también de desarrollo de la región. Llevar una agenda pero ésta debiera ser en
función de las necesidades de esos pequeños pueblos, que son minoría de
minorías. Algo así como un Congreso Indígena del TIPNIS, donde el gobierno
lleve propuestas constructivas y no haga advertencias restrictivas como aquella
de que la intangibilidad regirá también para las actividades de ellos mismos.
La construcción de la
carretera es una necesidad. Para llevarla a cabo hay varias alternativas, pese
a lo que ha vuelto a decirse en sentido de que sólo puede hacerse atravesando
el Parque. México está construido sobre una laguna, ¿por qué no puede
construirse una carretera sobre un pantanal? Seguramente costará más pero, ¿no
tiene importancia el costo social?, ¿no importa que se vulnere el derecho de
los pueblos indígenas? No hay necesidad de enfrentar desarrollo contra
preservación del medio ambiente; puede haber desarrollo sustentable.
El gran desafío. Los
problemas están multiplicándose. El gobierno puede entramparse en la solución
aislada de cada conflicto que se presente: poner orden allá, acceder a un
reclamo aquí, desoír una demanda por acá y dispersar a sus ministros y otros
actores por todo el país, tratando de mantener la calma. Pero no habrá
soluciones si no se encara la temática global del proceso de cambio.
Hay que coincidir que
este proceso, para decir lo menos, se ha detenido. Después de los grandes
logros en el primer gobierno de Evo, hay una evidente desviación hacia la
conservación del status. Puede aducirse que la crisis mundial nos obliga a ser
lo más conservadores posibles, pero esa política está dando resultados
negativos. Al menos, así lo ha anunciado el Ministro de Economía Arce Catacora:
en 2012 habrá déficit y no hay fondos para nivelación salarial. El Presidente
ha tenido que salir al paso anunciando que, el aumento salarial, será superior
al índice de inflación. Más adelante, podría hablarse de la extinción de alguno
de los bonos y dejar en suspenso programas tan importantes como SUSALUD
(Sistema Universal de Salud), educación, soberanía alimentaria,
industrialización y otras más.
En contrapartida, los
beneficios que obtiene la banca son cada vez mayores. La ganancia bancaria es
tan absorbente que ha reducido en forma alarmante la débil industria que se
desarrolla en el país. En otras palabras, en vez de avanzar en el desarrollo
nacional, se da facilidades a la evasión de capitales. Tanto es así, que el
presidente del Banco Central de Bolivia, Marcelo Zabalaga, ha comprometido la
garantía del Estado sobre las ganancias de los bancos.
La reconducción del
proceso pasa por reordenar la economía. Hay que reducir notoriamente la
distancia que hay entre los ingresos de los más ricos y de los más pobres.
Propuestas: Imponer un
IVA diferenciado, como existe en Chile desde hace 50 años. Bajar al 10% los
productos básicos, mantener 13% para los productos de nivel medio, subir hasta
20% a los artículos de lujo (automóviles, joyería, perfumería, etc.). Incluso
puede estudiarse cuatro o cinco diferencias en el IVA.
Hidrocarburos: Desechar
el ‘gasolinazo’ que, si se plantea nuevamente, provocaría una reacción mayor
que la del año pasado. Establecer un sistema de control digital para la venta
de combustible. El diesel puede mantenerse subvencionado para el consumo
interno, rigurosamente controlado para la producción agroindustrial, a precio
internacional para la industria y el transporte internacional. Establecer un
programa con metas a corto plazo para la transformación del parque automotor de
combustible líquido a gas.
La industrialización de
hidrocarburos debe ser anunciada y realmente programada para el año próximo.
Comenzaría con la separación de líquidos del gas que se vende a Brasil y
Argentina.
Minería: El lento
proceso de redacción de la nueva Ley General de Minería está provocando grandes
pérdidas al país. Debe tomarse una decisión firme para que esta ley sea
aprobada en los próximos meses. Elementos básicos: inversiones internacionales
de Estado a Estado, seguridad jurídica para las empresas privadas actuales a la
vez que una nueva definición del sistema tributario, demarcar nítidamente el
sistema de preferencias para las cooperativas, apoyo decidido a la minería
chica al mismo tiempo que control de cumplimiento de las normas laborales, de
seguridad industrial, de remediación del daño ambiental y producción regulada.
Hacer un esfuerzo de
gran envergadura para que comiencen a verse resultados en la explotación del
Mutún. Esto pasa, necesariamente, por la movilización de la otra mitad del
cerro, de modo que Jindal se vea en la necesidad de comenzar a producir o el
Estado boliviano declare la resolución del contrato por incumplimiento.
Soberanía alimentaria:
Comenzar con la sustitución acelerada de la importación excesiva de trigo.
Postular una ley de ‘harinas compuestas’. Hubo una ley aprobada por el Congreso
entre 1986 y 1987, que el Presidente rechazó y no volvió a tratarse. Se
dispondría la elaboración de una harina con 50% de trigo y otro 50% de maíz,
amaranto, cañahua y quizá quinua, de acuerdo a pruebas de valor nutritivo y
aceptación pública.
Crear un fondo de
promoción de la producción de comestibles que garantice la compra total de
estos productos y la construcción de almacenes y silos de reserva de los
mismos. Hay que incidir, sobre todo, en los productos que actualmente
importamos, desde granos hasta frutas.
Agua: En lo inmediato,
tomar medidas preventivas para la época de lluvias que, según los pronósticos,
será de inundaciones en el Beni y de sequía en el sureste. Un fondo de ayuda
para atender a la población y medidas de protección al ganado mayor de ambas
zonas. Para comenzar el año próximo, encarar seriamente el tema del río
Choqueyapu. Más allá de las diferencias políticas con el MSM y el alcalde
Revilla, encontrar mecanismos que permitan estudiar este tema de contaminación
que llega hasta la región de Tipuani-Guanay. Un estudio de igual importancia en
la contaminación del Pilcomayo.
Estas medidas son de
planteamiento inmediato, de modo que permitan hacer una valoración a mediano
plazo.
La recuperación de la
confianza popular en el proceso de cambio debe ser un objetivo principal de
esta estrategia. No se logrará con medidas distractivas que pueden entusiasmar
momentáneamente, sino con acciones que resuelvan problemas prácticos. La gente
tiene que ver, palpar soluciones a los problemas del empleo, salud, educación,
vivienda.
Publicado en Le
Monde Diplomatique, el 11 de noviembre de 2011
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