Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Estamos a finales de los años 70. Bolivia es un país maravilloso, situado en el corazón geográfico de América del Sur. Pero su gran riqueza humana y material se encuentra sometida a los intereses de unas minorías nacionales y extranjeras que han empobrecido la mayoría del país y lo han convertido en escenario de continuos golpes y contragolpes militares. La iglesia, por su parte, acostumbrada al régimen de cristiandad y bendecir más que a profetizar, desde Medellín está abriendo los ojos a la nueva tarea de liberación que le exige el evangelio.
En este
contexto humano y eclesial, típicamente latinoamericano, desarrolló los mejores
años de su vida y murió Luis Espinal.
Había
nacido en el pueblo catalán de St.. Fruitós de Bages, cerca de Manresa, en
1932, y había ingresado en la Compañía de Jesús en 1949. Terminada su
formación sacerdotal, estudió Periodismo y Medios Audiovisuales en Bérgamo
(Italia). Tras dos años de trabajo en Televisión Española (TVE) y de
crítica de cine en Barcelona, en 1968 marcha a Bolivia, donde vivió doce años,
hasta su muerte. Nacionalizado boliviano (1970), toda su vida se consagra
a la crítica de la producción cinematográfica, en la Televisión, la radio y al
periodismo. Colabora en Radio Fides, los diarios ''Presencia" y
''Ultima hora" de La Paz, produjo varios cortometrajes para la Televisión
Boliviana, forma parte del grupo productor cinematográfico Ukamau, escribió
diez libros sobre cine, fue profesor de Medios de comunicación social de
las Universidades Mayor de San Andrés y Católica de La Paz, y desde 1979
dirigía el semanario "Aquí", que marcó toda una escuela de periodismo
popular y comprometido. El 21 de marzo de 1980, a la salida de la vieja
Cinemateca ubicada en el centro de la ciudad de La Paz, adonde asistió para ver
y realizar la crítica de la película “Los Desalmados”, fue secuestrado a media
noche, torturado y asesinado por un grupo de paramilitares. Dos días
después era asesinado en El Salvador Monseñor Oscar Romero.
Luis
Espinal, dotado de una especial sensibilidad artística y poética (siendo
estudiante había descubierto y traducido los poemas del inglés Hopkins) no
se limitó a ser un profesional de los medios de comunicación, sino que hizo el
instrumento de su servicio al pueblo, desesperanzado y sin voz, de Bolivia. La
experiencia de la dictadura franquista que había sufrido en España y sobre
todo, su integridad personal y un elemental sentido de la justicia, lo
convirtieron en profeta de la libertad y la esperanza.
Se
encontró en una encrucijada bien definida: entre la muerte y la vida, entre los
ídolos del poder que causan la muerte y la vida del pueblo amenazada. Y
optó por la vida y el Dios de la vida. Su palabra se consagró a exorcizar
los dioses de la muerte y a potenciar la fe en la vida. Y ello con una
radicalidad y coherencia tal, que lo llevaron a entregar su vida por el pueblo,
haciendo de ella el gesto existencial que verificaba la sinceridad de sus
palabras.
COMUNISMO
Señor, nos da miedo este
mundo que avanza hacia el comunismo.
La mancha roja se extiende
con el apoyo de muchos.
Hoy, aquí, la religión de la
materia es más fuerte que tu Religión,
es más viva, más proselitista.
Tal vez, sea mejor así, que
el comunismo crezca
y de un zarpazo saque
de su letargo a tu Iglesia milenaria.
Ante un peligro tan agudo,
¿qué significa esta iglesia
de boato y de rutina?
Tal vez, tus pobres hallan en
el comunismo aquello que Tú predicaste:
el hambre y la sed de
justicia (Mt. 5,6).
Tal vez, nosotros los hacemos
ateos al mostrarles un Dios que de verdad no existe; tal vez, tienen razón al
hablar de “opio del pueblo”
Porque hemos desencarnado
nuestra fe…
Tal vez, hará falta atravesar
el Mar Rojo para entrar en la Tierra Prometida.
Tal vez, Tú, Señor, estás con
ellos.
Plegaria
"Gastar la vida" de Luis Espinal
Jesucristo
ha dicho: “Quien quiera economizar su vida, la perderá;
y quien la gaste por Mi, la recobrará en el vida eterna”.
Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo,
y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.
Tenemos seguros por todas partes, para evitar los riesgos.
Y sobre todo está la cobardía...
y quien la gaste por Mi, la recobrará en el vida eterna”.
Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo,
y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.
Tenemos seguros por todas partes, para evitar los riesgos.
Y sobre todo está la cobardía...
Señor
Jesucristo, nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se la puede economizar en estéril egoísmo.
Gastar la vida es trabajar por los demás,
aunque no paguen; hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias;
es quemar las naves en bien del prójimo.
Somos antorchas que solo tenemos sentido cuando nos quemamos;
solamente entonces seremos luz.
Líbranos de la prudencia cobarde,
la que nos hace evitar el sacrificio, y buscar la seguridad.
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se la puede economizar en estéril egoísmo.
Gastar la vida es trabajar por los demás,
aunque no paguen; hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias;
es quemar las naves en bien del prójimo.
Somos antorchas que solo tenemos sentido cuando nos quemamos;
solamente entonces seremos luz.
Líbranos de la prudencia cobarde,
la que nos hace evitar el sacrificio, y buscar la seguridad.
Gastar la
vida no se hace con gestos ampulosos, y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente, sin publicidad, como el agua de la vertiente,
como la madre da el pecho al niño, como el sudor humilde del sembrador.
Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible
está tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el vacío.
El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando
en la noche, con mil ojos llenos de lágrimas.
La vida se da sencillamente, sin publicidad, como el agua de la vertiente,
como la madre da el pecho al niño, como el sudor humilde del sembrador.
Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible
está tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el vacío.
El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando
en la noche, con mil ojos llenos de lágrimas.
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios