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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

El feminismo, espacio de propuesta


Por: Julieta Paredes
Los 90 fueron años en los que el feminismo era una mala palabra en nuestro país. Tan proscrita estaba esa palabra que incluso era motivo de vergüenza para mujeres que vivían económicamente de este pensamiento. Me refiero a las organizaciones no gubernamentales de Bolivia. Las mujeres de la clase media boliviana, dueña de estas ONG, no querían ser feministas, e incluso afirmaban: “yo no soy feminista, porque me gustan los hombres”. Una visión en verdad ignorante, reduccionista y lesbofóbica.
Fue una etapa bastante difícil para un feminismo comprometido con las luchas antineoliberales, porque considerábamos que el neoliberalismo era una de las expresiones más cínicas del patriarcado colonial, transnacional, lesbofóbico, machista y capitalista.
Hoy, después de una división saludable del colectivo Mujeres Creando, realizada hace 11 años (el 13 de abril de 2002), el pensamiento feminista revolucionario se vio fortalecido. Actualmente Mujeres Creando comunidad, que es nuestro espacio, ha construido desde la Asamblea del Feminismo
Comunitario una corriente propia, llamada feminismo comunitario, que tiene como caldo de cultivo y energías propiciatorias al proceso de cambio abierto por hombres y mujeres de nuestro pueblo. El feminismo comunitario se concreta en el proceso de la Asamblea Constituyente, desde 2005 hasta 2007 en Bolivia, y nuestro primer fruto está en la propuesta planteada en el libro Hilando fino.
El feminismo es una teoría social con muchas corrientes y disputas en su interior, pero lo que podemos apuntar y posicionar es que hoy, en todo el continente, no hay un feminismo propio nacido en la región a excepción del feminismo comunitario, que ya forma parte de seis países latinoaméricanos.
Esto nos parece significativo, porque mientras el marxismo (léase socialismos del nuevo siglo y el indianismo) hoy contribuye a entender mejor quiénes somos, qué queremos y cómo lo queremos construir, las mujeres en estos espacios son consumidoras y no productoras de pensamiento. Son contribuciones valiosas, pero son fundamentalmente pensamientos articulados por hombres, y los hermanos y compañeros son sólo la mitad de nuestros pueblos; la otra mitad somos nosotras, las mujeres.
Hemos creado una corriente feminista que no sólo reconceptualiza las principales categorías del feminismo, sino que además ha creado otras, como el concepto de entronque patriarcal. Hacemos una reconceptualización que contenga nuestros pensamientos y experiencias políticas fruto de la historia, prácticas y cuerpos que no son los de las feministas europeas o norteamericanas.
Cuando se habla de feminismo, nos parece muy importante que  nuestra gente (por comodidad, misoginia e ignorancia) deje de referirse sólo al feminismo Galindo o feminismo sin sentido común. Corriente que sí es una postura, pero es fácil detractar al feminismo sólo desde esa postura; lo difícil es contraargumentar al feminismo comunitario, que es creativo y propositivo.
Hoy, el feminismo comunitario discute todos los problemas de nuestros países, incluidos los que atañen específicamente a las mujeres. Por eso, el feminismo comunitario es feminismo revolucionario.
La autora es feminista comunitaria


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