Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Pedro Mariobo Moreno
Me voy a
referir a la agenda original, tal y como la formuló el pueblo; no a la que los
intelectuales y políticos de diferentes tendencias la reformularon después. La
histórica agenda empezó en la segunda quincena de septiembre y culminó el 17 de
octubre de 2003 con la huida de Goni. La salida de Goni también fue parte de la
Agenda de Octubre desde que se rompió el diálogo con el Gobierno y se
radicalizó la movilización popular en varios sectores y lugares con los 70 muertos
de la ciudad de El Alto.
Esta
agenda está en parte cumplida, otra parte en proceso de cumplimiento y otra
olvidada y tal vez archivada (espero que no para siempre).
La parte
cumplida
La parte
cumplida es la Constituyente y su producto la nueva Constitución Política del
Estado (CPE). Lo pendiente está en armonizar la nCPE, con los puntos esenciales
de la Agenda de octubre. Y si no concuerda, realizar una primera reforma a
nCPE.
Pero el
pedido específico de Asamblea Constituyente con la nCPE como resultado está
cumplido. Y todo esto en cuatro años.
La parte
en proceso de cumplimiento
Lo que aún
está en proceso de cumplimiento, es la
“nacionalización de los hidrocarburos”. Se empezó este proceso con
la elevación tributaria al 82 % del valor exportable de manera progresiva en
cinco años. Gracias a esta política, se incrementaron los ingresos nacionales,
se elaboró una política de incremento de las reservas, de redistribución a
Gobernaciones, Municipios, Universidades, de fortalecimiento al TGN y de
inversión social a través de las bonificaciones Juancito Pinto, Juana Azurduy y
Renta Dignidad. Todo esto neutralizó el pedido tal y como fue planteado de “nacionalización de los hidrocarburos”. En
mi opinión, solamente se “nacionalizaron”
las tributaciones y se inició un plan de redistribución y reinversión, porque
las transnacionales petroleras continúan operando en el país.
El otro
punto de esta parte de la agenda, sobre la no exportación de hidrocarburos por
Chile, aún está en debate, pese a que el referéndum del año 2004 confirmó esta
política. Pero se habla de integración regional; y Chile manifiesta que
solamente por intereses económicos podría considerar la reivindicación marítima
de Bolivia. Ese interés económico, no sería otro que el canje de hidrocarburos
por una salida al mar o la compra-venta directa de este recurso natural.
Y el
último punto de este paquete en proceso de cumplimiento, se está dando a través
de las plantas separadoras de los componentes del crudo y la construcción de la
planta de urea. La industrialización con productos acabados para la
exportación, aún no comienza.
Falta
todavía una nueva Ley de Hidrocarburos. Los anteproyectos que conocemos, no
están en la línea de la Agenda de Octubre, porque gran parte de estos
anteproyectos tienen autoría de las transnacionales que aún operan en nuestro
territorio. Podrían transcurrir 10 años más sin avanzar más que lo alcanzado en
materia tributaria si acaso la consciencia del pueblo se conformase con el 82 %
y no aspirara al 100 por ciento, como fue la agenda de octubre.
La parte
olvidada y tal vez archivada
Es la
parte ideológica y política. La agenda de octubre, precisó que había que
derrotar al neoliberalismo. Con la huida de Goni, no se derrotó al neoliberalismo,
se lo derrotó a Goni, pero le sucedió Meza, otro neoliberal; luego Rodríguez
Veltzé, liberal moderado y después el Gobierno de Evo y Álvaro, éste último, en
solitario, trata de llenar este vacío ideológico con tentativas iniciales de “capitalismo andino” y ahora con
el “socialismo comunitario”. Y por la
vía de la influencia de Fidel Castro primero, Chávez después y ahora Correa, ya
se menciona al socialismo del Siglo XXI como la base política de integración
Latinoamericana de los países progresistas. Pero aún no es la ideología
compacta del Gobierno, menos de los movimientos sociales donde, como en todo
movimiento, confluyen toda clase de posiciones ideológicas y políticas.
Pero los
discursos con tintes ideológicos están más avanzados que la política concreta.
Ahí está el neoliberalismo presente en el libre mercado no derrotado. Está la
función estatal de regulación, fiscalización y control con grandes
deficiencias. No existe un movimiento ideológico que le de contenido real a la
sigla del Movimiento al Socialismo, MAS, que es el movimiento con el que
gobierna el Presidente Evo. Y, por el contrario, los movimientos sociales a los
que dice representar el MAS, cada día están más dispersos, algunos divididos y
confrontados entre sí, no por las metas políticas, menos ideológicas, porque
carecen de orientación clara al respecto.
Los 10
años transcurridos
Muchas
veces los que nos identificamos con el proceso, planteamos la ampliación,
profundización y aceleración del proceso porque veíamos —y vemos— riesgos
desviacionistas, estancamiento y hasta peligros de retroceso. Felizmente
creemos que, como todo proceso no avanza linealmente sino a tropiezos,
venciendo obstáculos, otros dando un paso atrás para dar dos adelante; o como
el tren, como lo graficó Lenin, diciendo que unos suben y otros bajan en las
diferentes estaciones, por eso pensamos que aún la agenda de octubre tiene que
recorrer mucho para su cumplimiento pleno. Y los que estamos fuera del Gobierno
y en las bases de nuestro pueblo, pensamos que lo que no puede hacerse desde
adentro y desde arriba, podemos realizarlo con muchas dificultades por cierto,
desde abajo y desde afuera.
Los 10
años no son ni mucho ni poco. Sería poco si tomáramos en cuenta los momentos en
que pudimos avanzar más y no lo hicimos. Y sería mucho si ya estuviéramos
cumpliendo lo esencial de la agenda de octubre como industrializar nuestros
recursos naturales con productos acabados (a hidrocarburos se refería la
Agenda, pero se puede incluir los minerales).
En política
los tiempos son fatales, por eso afirmamos que perdimos mucho tiempo cuando
pudimos avanzar y/o acelerar el proceso.
Pudimos
hacerlo cuando la unidad y la fuerza de los movimientos sociales nos empujaban
a ello; ahí falló la dirección política y los niveles ejecutivos del Gobierno
que no tomaron en cuenta el estado anímico de las fuerzas sociales del cambio.
Una empresa minera transnacional, en un arranque de justificación de su retraso
en la explotación, manifestaba: “como la
consigna fue 'ahora es cuando', nosotros esperábamos la nacionalización de
nuestra empresa por eso paralizamos nuestras actividades; esperamos 6 meses, y
como ésta no llegó, continuamos el plan de explotación; ahora, no digo que es
imposible, pero ya es más difícil” añadió. Claro que ya es más
difícil, sobre cuando hasta los propios trabajadores mineros del sector
privado, defienden a las empresas privadas como una consecuencia de la falta de
orientación y dirección política pese a que ellos también contribuyeron a la
agenda de octubre con sus movilizaciones en aquellos épicos días de octubre.
También
desperdigamos una ocasión propicia para avanzar políticamente, cuando las
células armadas del racismo-separatismo fueron derrotadas en su propio reducto.
A las pocas horas de las acciones, la dirigencia política de ese intento se
refería en conferencia de prensa que “ellos
no tenían nada que ver con los que habían muerto”. No pidieron
investigación del caso, y sólo trataron de desmarcarse de los hechos. Esa
conferencia de prensa, fue la mejor declaración de culpa en los acontecimientos
que se estaban resolviendo vía las armas. Si no se avanzó mucho en el proceso
judicial a los culpables, éstos ahora tratan de revertir los hechos y hasta se
postulan para las elecciones del 2014.
¡Cuánto hubiéramos
avanzado si además de desmantelar las células armadas, se desmantelaba también
la dirección política racista-separatista! Las fuerzas del cambio se hubieran
fortalecido y la democracia del pueblo se hubiera extendido con mayor facilidad
en todo el territorio del Estado Plurinacional. Que no se me entienda que a los
políticos se les hubiera aplicado el mismo método que a la célula armada; NO.
Aquí se hubiera impuesto la combinación de métodos de lucha: para unos con su
propia lógica armada, y para otros, con la lógica
política-institucional-judicial, sin haber perdido tanto tiempo
imperdonablemente.
Hay muchos
más hitos perdidos en los 10 años que pudimos aprovechar para acelerar el
proceso; pero la mención a estos dos basta para darnos cuenta que no estuvimos
a la altura de los acontecimientos, de las coyunturas favorables y nos dejamos
estar como pueblo, como instrumentos políticos y como Gobierno.
La
Prospectiva
Relevamos
el planteamiento de la Agenda Patriótica para el 2025 como un listado de
propuestas para avanzar. Lo que falta es la forma cómo aplicar la agenda, qué
institucionalidad adoptar; recuperar la unidad, la confianza y seguridad del
pueblo en el proceso de cambio, en los liderazgos de continuidad (Evo y Álvaro)
en democracia, ganar con dos tercios o más en octubre 2014 para viabilizar
nuevas reformas a la CPE que por ahora es un freno para avanzar y fuente de
conflictos (casos TIPNIS y mineros asalariados versus cooperativistas). La
tarea principal es convertir la Agenda Patriótica en programa político decenal
o quinquenal cuando menos.
En lo
ideológico, impulsar un movimiento ideológico bajo el principio que sin
ideología revolucionaria, no hay revolución. Compactar el frente
ideológicamente porque la confluencia de tendencias ideológicas en los
movimientos sociales y en el frente de gobierno (MAS-IPSP), no garantizan un
proceso limpio de corrupción; así como la ideología es una coraza ante el
enemigo que con torturas pretende quebrar la personalidad de los políticos con
formación ideológica, así también la ideología podría ser un freno (no solo
atenuante) contra la corrupción. Esto sugiere una depuración gradual pero
acelerada de los instrumentos del sujeto de cambio: el pueblo. Si se trata de
avanzar en el proceso de cambio, no caben concesiones a la derecha, menos al
imperio. El anti capitalismo y el antiimperialismo, deben ser consignas llenas
de contenido y no meros discursos.
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