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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

Carlos Núñez del Prado deja un legado de militancia y coherencia



Sus convicciones, solidez ideológica, formación ética y política que siempre tuvo “no las podrán borrar por muchas campañas difamatorias que quieran hacer”, afirma Alfredo Rada, allegado a Carlos.
La consecuencia y el compromiso revolucionario de Carlos Núñez del Prado, que falleció el miércoles 3 de abril debido a una bronconeumonia aguda, fueron reconocidos por las personas que lo conocieron y que estuvieron cerca de él.
“Al dejarnos deja un legado de militancia, de coherencia con lo que pensaba el comandante Ernesto Che Guevara, del que era un seguidor. El Che decía que hay que decir lo que uno piensa y hacer lo que uno dice, y Carlos era una fiel expresión de esas máximas guevaristas”, dijo Alfredo Rada, viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, al recordar su personalidad.
“Ha tenido una larga trayectoria como militante revolucionario no de ayer ni anteayer, sino de décadas de convicción, militancia y trabajo revolucionario, en lo que fue el Ejército de Liberación Nacional (ELN).  Estuvo como parte de esa lucha que emprendió en 1967 el Che en la guerrilla de Ñancahuazú; no estuvo propiamente en la guerrilla porque era muy joven, pero se incorporó al ELN algún tiempo después. Fue testigo del proceso de la Asamblea Popular durante el gobierno del general Juan José Torres y fue parte de la resistencia al golpe militar de Hugo Banzer, que instauró una dictadura”, contó Rada.
Tras el golpe de Banzer se exilió en Chile, donde vivió el proceso socialista de Salvador Allende, que el 11 de septiembre de 1973 fue violentamente destruido con el cruento golpe del general Augusto Pinochet. Pero, tal como recuerda Rada, Carlos estuvo en la defensa de ese proceso socialista democrático.
De Chile se fue al Perú y regresó al país para incorporarse a la lucha contra la dictadura banzerista. “En la clandestinidad contribuyó a la recuperación de la democracia trabajando políticamente en las ciudades, en las minas y en los barrios populares; fue detenido, encarcelado y liberado. Estamos hablando de un militante que luchó contra la dictadura, por la democracia y se incorporó a este proceso de transformaciones en democracia que arranca en la lucha contra el neoliberalismo”.
Con el proceso de cambio
Carlos, como correspondía a su convicción revolucionaria, se incorporó al proceso de transformaciones que conduce el presidente Evo Morales desde el 22 de enero de 2006.
“Respaldó, apoyó al proceso en las distintas funciones que le tocó desempeñar. Estamos hablando de un compañero de larga trayectoria, de sólidas convicciones, siempre fue un socialista convencido, un militante por la liberación nacional y el socialismo. Nunca abandonó sus convicciones, hasta los últimos días de su vida siempre se consideró militante del ELN”.
Presto a colaborar
“Carlos era un guerrero del arco iris, era el hombre siempre listo a ayudar, a colaborar, a prestar su conocimiento, su formación política para el resto. Era un internacionalista por esencia, como lo fue el Che, y muchos compañeros elenos, el que peleaba por la libertad, por un futuro nuevo, más visionario de los pueblos latinoamericanos, y del mundo. Amaba con pasión a Bolivia”, apuntó Gustavo Torrico, uno de sus amigos.
Torrico refiere que cuando Carlos es convocado a cumplir funciones de Gobierno se registra el proceso separatista en el país (2008-2009), y no duda un minuto en actuar “porque es la crisis más grande que enfrentó el Estado boliviano con serias posibilidades de una guerra fratricida entre hermanos o que sea dividida en dos países enfrentados, repitiendo la experiencia de Corea”.
En todo caso, Torrico descalifica los intentos de ciertos sectores y de algunos medios de empañar la trayectoria de Carlos por su participación en esos hechos. "Como dije en su velorio, puso los h... cuando los tenía que poner, así de simple, no esperando una condecoración o reconocimiento estatal, lo hizo por su país”.
“Los episodios donde trataron de echar sombras a su actitud y comportamiento son simplemente intentos muy pequeños en relación a lo que fue su trayectoria como militante (...) las cientos de personas que lo despidieron expresaron su pleno respaldo al compañero Carlos en su cualidad revolucionaria, ética y moral. Estuvo donde tenía que estar, en la lucha antidictatorial, antineoliberal y para defender el proceso de cambio en la lucha antiimperialista”, argumentó Alfredo Rada.
Para Fernando Rodríguez la pérdida de Carlos es irreparable, en su vida cotidiana ha sido sumamente consecuente, y “es una de las personas que ha permitido que nuestro país no sea balcanizado. La tranquilidad que hoy tenemos no hubiera sido la misma si la acción de los grupos separatistas hubiera tenido éxito, por lo que tuvo un papel fundamental”.
Autoridades del Gobierno, entre ellas las ministras Amanda Dávila, de Comunicación; Claudia Peña, de Autonomías; y Teresa Morales, de Desarrollo Productivos, así como el de Educación Roberto Aguilar; las viceministras Leonor Arauco, de Gestión Institucional, y Hortencia Jiménez, de Electricidad; Nila Heredia, ex ministra de Salud y José Pimentel, de Minería; así como los hijos del fallecido senador Antonio Peredo Leigue estuvieron  en el velorio y funeral.
“Carlos siempre fue un militante de base, nunca le interesaron las formalidades o ejercer roles de autoridad; cuando lo tuvo que hacer lo hizo como parte de su convicción revolucionaria”, dice Rada.
“A partir de 2010, una vez que dejó de desempeñar tareas gubernamentales, se  incorporó a las tareas de formación política ideológica”.
“Asistía de manera muy disciplinada a las sesiones de la Escuela de Formación Política, los miércoles, era uno de los más puntuales y criticaba lo que tenía que criticar”.
Alfredo Rada sobre Carlos
“Aunque el ELN dejó de existir como estructura orgánica hace bastante tiempo; Carlos siempre se consideró militante guevarista, socialista y como tal fue parte de este proceso de cambio”.

Siempre estuvo al lado de quien más necesitaba

Carlos Núñez del Prado siempre dio el pecho para quien lo necesitaba, no solamente desde el punto de vista revolucionario, sino desde el punto de vista personal, humanitario, expresó Viviana Prado al considerarlo como un hermano por el hecho de que “fuimos los dos hijastros de Antonio Peredo, periodista y ex senador del Movimiento Al Socialismo (MAS), que nos crió a los nueve como hermanos”.
“Si un compañero le pedía, aunque últimamente estaba muy mal económicamente, conseguía plata para darle. Seguiremos en esa senda como hermana y sus hijas que dijeron que no van a traicionar su legado. Siempre fue así, como Antonio, quien tuvo tres hijas en matrimonio y los seis fuera, pero nos crió como hermanos y es la educación que nos dio y vamos a seguir con lo que siguió Carlos y con lo que Antonio nos dio”, expresó Viviana.
Carlos, al ser un militante del Ejército de Liberación Nacional (ELN) fundado por el Che, tenía la formación del internacionalismo. Tal como señala la publicación de la Embajada de Venezuela “estuvo ahí dando el pecho, si se necesitaba iba. Ésa es la educación que hemos tenido y vamos a seguir luchando, no importa cuántas caídas tengamos, vamos a seguir de pie luchando por el proceso de cambio, por una revolución socialista”.
Ejemplo de consecuencia
La Embajada de Venezuela en una solicitada publicada el viernes 4 de abril reconoce el compromiso y lucha de Carlos,  a quien considera “un ejemplo de consecuencia y solidaridad, tu paso por el mundo deja huellas en quienes te conocimos, aprendimos de ti a seguir adelante sin claudicar”.
Para Viviana Prado, el legado de Carlos continuará, ahí está la Fundación Che Guevara, donde también estuvo Antonio Peredo y después la Escuela de Formación Política, donde demostró su solidaridad y su convicción revolucionaria.
“Carlos fue el hermano mayor que nos orientó no sólo a los hermanos menores, sino después a los sobrinos, como familia ha sido la parte fundamental de todos. (...) El apoyo que dio a este Gobierno fue de un revolucionario, de un militante del ELN. Siempre apoyó los procesos revolucionarios en América Latina”, añadió.
Publicado en el periódico Cambio el domingo 6 de abril de 2014

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