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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

¡¿Y?! (sobre ‘Semblanzas’ de Filipo)

Por: José Pimentel Castillo
Me quedé con esta gesticulación, tan propia de ti (¡¿Y?!), al leer el capítulo referido a Irineo y Federico. Fui a la lectura con la esperanza de conocer qué mérito podrías aportar sobre la memoria de esos líderes. Me equivoqué, relatas la historia con propósitos de beneficio coyuntural, siento que los personajes son manipulados sin que puedan decir su palabra.
Tienes razón, Irineo (1927-1978) y Federico (1924-1966) fueron del PIR, su simpatía data de su época de estudiantes en el colegio Bolívar de Oruro, que ambos tuvieron que dejar por las muertes de sus padres, para ayudar, en el caso de Irineo, a mantener a su madre y hermanas. Su militancia concluyó cuando el PIR se alía con la oligarquía, se comete la masacre de Potosí y la masacre blanca de la cual son víctimas los sindicalistas, incluidos Irineo y Federico (1947). Cuando se produce la revolución del 9 de abril, el alborozo es general, no hay quien pueda negar que se logró por lo que habían luchado en los años del sexenio y antes: la nacionalización de las minas que había agitado el PIR, desde el púlpito universitario y las filas sindicales.
En 1953, Irineo aparece como secretario de Deportes, a él se debe la organización del primer Campeonato Nacional Minero de Fútbol. Cuando el secretario general de Siglo XX de ese entonces, Gabriel Pórcel, es encomendado a asumir funciones de control obrero, hay consenso en la masa para que Irineo sea el sustituto, pero por su trayectoria, la Asamblea le hace jurar lealtad a las banderas de abril y al MNR. Gabriel cuenta que lo hicieron sobre un adobe de sal.
Para la séptima convención del MNR, el comando de Llallagua sugiere los nombres de Gabriel, Federico e Irineo, entre otros, para la diputación de Potosí. El elegido fue Gabriel, pero Irineo y Federico fueron fieles a su juramento, sufriendo calumnias, vejámenes, destierros, encarcelamientos. ¿Esta actitud fue oportunismo? ¿No fue aceptar la voluntad de las masas, que sentían y vivían la revolución de abril como obra de ellas y el dejar su conducción era abandonar su obra a manos extrañas?
Un rasgo de la revolución de abril fue el cogobierno. Sin la presencia de Lechín en el Ministerio de Minas y Petróleo no se habría concretado la nacionalización de las minas. El informe de la comisión de nacionalización niega la administración de las minas por el Estado y solo sugiere mecanismos de control estatal. La respuesta ante esta pseudo nacionalización fue la conminatoria obrera a dictar la nacionalización de las minas el 31 de octubre de 1952, después de siete meses del triunfo de la revolución.
¿Independencia de clase? Sí, donde estemos, en el gobierno o fuera de él, hay que defender los intereses de la clase, fundidos históricamente con los intereses de la nación. Este tema fue debatido en la Asamblea del Pueblo (otro “error descomunal”, según tu percepción), todos apuntaban a que no siendo el MNR un partido obrero se perdió la independencia de clase. Es decir, que si la clase obrera sigue a un partido obrero, está bien. La discusión posterior fue quién era el partido de la clase obrera, lo que dio paso al más furibundo sectarismo. El epíteto de estalinista suena al sectarismo trotskista.
El actual proceso de cambio es producto de la lucha de las masas, condicionada por la desestructuración social y política, provocada por el neoliberalismo. Se produjo sin libreto revolucionario, dirigida por esa larga memoria histórica de nuestro pueblo que sintetiza Evo Morales Ayma. No es un producto perfecto, pero es nuestro, y la única manera de defenderlo es estando dentro, no desde la palestra de consejeros, sino como nos enseñaron César, Federico, Isaac e Irineo, viviendo y sintiendo con las masas.

Comparto tu preocupación: “cuando uno se vuelve más viejo, es más cojudo. Eso le ocurrió a don Juan y es probable que también este panfletista sucumba ante la frase de Noel Vásquez”.
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