Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Reymi Ferreira
Como
“resolución histórica” fue calificada por la presidenta de Argentina, Cristina
Fernández, la Resolución de la Asamblea General de la ONU 68/304 sobre la
quiebra y reestructuración de deudas sobernas, aprobada con 121 votos a favor,
11 en contra y 41 abstenciones. El precitado acuerdo establece que antes de
iniciarse la próxima sesión de las Naciones Unidas debe aprobarse una
convención sobre las deudas y la reestructuración de las mismas, en el marco
del ejercicio de la soberanía nacional.
Se
debe destacar que la acción de un fallo judicial en Estados Unidos viabilizó la
pretensión de los tenedores de los denominados “fondos buitre” (bonos de deuda)
que, sin el menor escrúpulo, intentan lucrar con capitales especulativos sobre
deudas contraídas por los regímenes neoliberales, que de pagarse en los
términos que se pretenden significaría un terrible daño a las economías de los
países en desarrollo y un nefasto atentado a la soberanía económica de los
Estados.
Como
muy bien reconoció la Presidenta argentina, el G-77 fue un factor determinante
en la aprobación de esta resolución, que debe sentar las bases para regular la
reestructuración de la deuda en el marco de los intereses nacionales y no
dentro las perspectivas rapaces de los tenedores de los “fondos buitre”. Se
debe reconocer que en el seno de la Declaración de Santa Cruz de junio del
presente año, uno de los acuerdos asumidos fue coordinar esfuerzos por aprobar
un convenio en el marco del sistema de la ONU que permita establecer reglas del
juego en el que se limite el abuso de los intereses financieros especulativos,
y se precautele el patrimonio y los recursos de los países en desarrollo, para
que el dinero que debe ser destinado al alimento, educación y vivienda de
nuestros ciudadanos no vaya a engrosar las cajas de caudales de los banqueros y
entidades rapaces del capitalismo transnacional.
Después
de muchos años el G-77 logra unificar de forma casi unánime a sus países
miembros en función de una política común, gracias a una gestión diplomática
eficaz, pero también producto de la revitalización de una agrupación que había
entrado en un proceso de letargo del que se ha despertado con el impulso y
compromiso que le ha dado Bolivia, al asumir la presidencia del grupo en enero.
Mientras
algunos opositores disfrazados de periodistas se inventan cifras sobre lo que
significó la cumbre de junio, mientras se minimiza su impacto, mientras se
atribuyen intereses electorales a un encuentro internacional que fue precedido
por un amplio debate de la sociedad civil internacional, los hechos demuestran
que lo que se siembra con compromiso, como las semillas, aunque no siempre de
forma inmediata, rinde frutos.
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