Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Carlos Aznárez
Ganó Evo con
más del 60% y hundió estrepitosamente a esa derecha racista y oligárquica que
en varias oportunidades, en estos años de gobierno revolucionario, intentó
hacer un golpe de Estado violento.
Hasta Santa Cruz
se desbordó de banderas azules del MAS festejando el triunfo.
Ganó Evo exactamente un emblemático 12 de octubre, que es como darle una
soberana patada en el trasero a todos los colonialistas que desde 1492 con el
genocida Cristóbal Colón a la cabeza, intentaron -pero no pudieron- humillar,
aniquilar y hacer desaparecer a las comunidades originarias.
Ganó Evo, con
las consignas históricas de Tupak Katari y Bartolina Sisa, y la del Che heroico
que sembraron su sangre en esa Bolivia que los devuelve hechos millones.
Gano Evo, y la
coca pudo reivindicarse como lo que siempre fue para los pueblos indígenas de
todo el continente, y no en lo que los narcos imperiales han querido
transformarla.
Ganó Evo, y sin
titubeos le dedicó el triunfo a ese “abuelo sabio”, como él denomina al
comandante revolucionario Fidel Castro y al comandante Supremo, Hugo Chávez.
Pero también priorizó "a todos los pueblos que luchan contra el
capitalismo y el imperialismo".
Ganó Evo y su
triunfo nos ilumina a todos los que seguimos insistiendo en el continente que
las soluciones a nuestros males no pasan por esgrimir discursos vacilantes y
más bien claudicantes en el plano ideológico. Al pan, pan y al vino, vino.
Revolución Plurinacional y Socialismo.
Ganó Evo porque
con su pueblo hecho vanguardia, sabe muy bien hacia dónde caminar, tiene una
meta y no la resigna por nada. Se llama socialismo y no de otra manera.
Los demás rótulos (capitalismo “serio”, “humano”, y otras
boberías de poco calado) son atajos para seguir consolidando la dependencia.
Ganó Evo porque
llevó adelante una política de nacionalizaciones necesarias, y con las regalías
obtenidas impulsó decenas de proyectos sociales.
Ganó Evo porque
no fue oportunista ni mentiroso y cuando habló de inclusión de los más pobres,
los incluyó en todos los niveles del Estado. Por primera vez las
mujeres “con polleras” (al decir boliviano), los indígenas con ojotas, los
mineros con casco y los trabajadores del campo y la ciudad, se vieron
dignificados. La wilphala dejó de ser un símbolo clandestino y se convirtió en
bandera de liberación en esta Abya Yala irredenta.
Ganó Evo porque
con el apoyo de Cuba alfabetizó a toda Bolivia, que es como haberle impuesto el
sol a las sombras de siglos.
Ganó Evo porque
le dio luz verde a los movimientos sociales y los empoderó de tal manera junto a
su Viceministro Alfredo Rada, que se hizo realidad esa consigna zapatista
de “mandar obedeciendo” que es la señal más clara de que jamás en sus dos
mandatos dejó de escuchar la voz del pueblo.
Ganó Evo porque
en una decisión de plena soberanía decidió expulsar de Bolivia a los
gringos de la USAID y al embajador yanqui, y en un hecho de valentía
incalculable declaró como terroristas de Estado a los gobernantes israelíes y
exigirles a sus ciudadanos una visa de entrada al país.
Ganó Evo porque
no se calló la boca ante el discurso fascistoide del ex presidente chileno
Sebastián Piñera ni ante el comportamiento claudicante de Michelle
Bachelet frente al reclamo legítimo de Bolivia de salida al mar.
Ganó Evo porque
no le falló a su pueblo, y cuando cometió algunos errores y sintió el reclamo
de los de abajo, supo rectificar y ejercer una autocrítica profunda, como pocos
gobernantes acostumbran a hacer frente a circunstancias similares.
Ganó Evo porque
siempre apostó a la integración latinoamericana y caribeña, se integró al ALBA
y brega desde allí en todo momento por un planteo de independencia plena frente
al discurso imperial. En ese aspecto, no dudó en denunciar a la Alianza del
Pacífico como la nueva amenaza contra nuestros pueblos.
Ganó Evo y más
allá de que seguramente mañana o pasado tengamos que seguir apretando los puños
frente a los sicarios de todo el continente que asesinan a nuestros hermanos
luchadores, o los repriman en las bloqueos de rutas, o los encarcelen por no
ceder ante los poderosos, quien nos quita esta alegría de que en ese
rinconcito del planeta llamado Bolivia, la dignidad y el coraje se vistan con
el rostro de Evo Morales Ayma.
Resumen Latinoamericano y del Tercer Mundo
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