Ir al contenido principal

El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

El transgénico nuestro de todos los días


Por: Freddy Morales

Un simposio de productores de oleaginosas de Santa Cruz, realizado en La Paz hace pocos días, reveló que desde hace años consumimos, masivamente, transgénicos. Los productores de soya recordaron que desde 1994 está autorizado el uso de transgénicos en ese cultivo que sirve de materia prima para elaborar alimento balanceado para el ganado vacuno y porcino y para la crianza de pollos; por tanto, las personas que se alimentan con esos alimentos más huevos, aceites y peces, en realidad están consumiendo transgénicos. Adicionalmente, uno de los expositores espetó: “Y que sepamos, la gente no se anda rascando”, en referencia a que los ambientalistas afirman que una de las consecuencias del consumo de transgénicos es la alergia.

Por otra parte, a raíz de los buenos resultados que han obtenido gracias al uso de transgénicos, los productores de oleaginosas (soya) reclaman al Gobierno el cumplimiento de un acuerdo del año pasado para que se autorice mayor uso de semillas genéticamente modificadas. En concreto, piden incluir otras variedades, pues, según señalan, en países vecinos se usan hasta 21 variedades y en Santa Cruz apenas una, facilitada por la tristemente célebre Monsanto.

Otro de los asuntos que salió a la luz en el simposio fue la intención de aumentar el área cultivada actual de 3,5 millones de hectáreas a 10 millones de ha hasta 2025 (bicentenario de la creación de la República).

De las actuales 3,5 millones de hectáreas cultivadas, 1,3 millones corresponde a soya transgénica; y se pretende que de las 10 millones de hectáreas previstas para 2025, la mitad correspondan a soya transgénica. Con estos planes, la polémica servida, principalmente por la gran cantidad de área forestal que se tendrá que desmontar para poder habilitar las nuevas áreas de cultivos proyectadas, tipos de cultivos y un sinfín de etcéteras.

Más allá de esta polémica, el humilde objetivo de estas líneas es apenas subrayar que desde hace años estamos consumiendo alimentos transgénicos, prácticamente la mayor parte de nuestra dieta, sin saberlo. La pregunta es si los consumidores no tenemos derecho a saber qué es lo que nos llevamos a la boca y les estamos dando a nuestros hijos. La respuesta obvia es que sí tenemos derecho. Entonces surge otra pregunta, ¿cómo nos enteramos de que es transgénico o no lo que comemos? Finalmente, si no todos somos expertos en estas cuestiones, ¿quién tiene la responsabilidad de informarnos?

Que yo sepa, en el Ministerio de Salud y en las alcaldías hay departamentos íntegros encargados de estos asuntos. De manera más específica, unidades responsables de autorizar que tal o cual producto esté a la venta y tenga cierto grado de calidad, que sea nutritivo, que no nos haga daño y que al menos sea inocuo. Que no nos mate ni de inmediato ni en cómodas cuotas. No obstante esas oficinas, con sus expertos y funcionarios de paga sagrada a fin de mes, guardan un silencio aterrador sobre los transgénicos y cuántas otras menudencias que no sabemos.

Por lo menos los supermercados y los mercados y las tiendas de barrio deberían tener un área con un gran letrero que nos advierta: “Transgénicos”, y ya en la etiqueta del producto enterarnos qué componente transgénico, es decir soya, tiene ese alimento. Allí deberían estar los huevos, los pollos, la carne de res, los pescados, la leche (de soya o de vaca), los aceites de soya y los cerdos, solo por citar algunos de los alimentos que consumimos a diario. Y advertido, cada quien decida. Asimismo, los médicos podrían incluir en sus análisis el consumo de transgénico como posible causa de alergias y otros desórdenes.

¡Cómo cambian los tiempos y a lo que hemos llegado! Pedir, o desear,  nada más que el derecho a saber. Y parece que es pedir demasiado.



Rellene el siguiente formulario para suscribirse.


En Bolivia:








 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El mapamundi actual miente

Por: Xavier Albó El mapamundi que está y se mantiene en todas nuestras escuelas y unidades educativas es mentiroso y deliberadamente colonizador. Y con ello, tiene efectos mucho más nefastos y generalizados que el reloj dextrógiro que estaba en el Parlamento y que la Cancillería ya ha cambiado por otro levógiro, como sin duda correspondería al hemisferio Sur. Los relojes digitales sin agujas ya no necesitan tal revisión. Cuando el geógrafo Mercator hizo esa proyección bidimensional de una realidad tridimensional y curva a solo dos dimensiones planas, tuvo una gran aceptación porque permitía reducir a planos universales la longitud y latitud con relación al globo terráqueo. Aplicada a niveles muy locales, esa proyección no tiene problemas; pero cuando se lo utiliza para todo el mundo, introduce distorsiones totalmente inaceptables y que, con nuestros actuales conocimientos y tecnologías, ya resultan simplemente mentirosos y neocolonialistas. Resume Eduardo Galeano: “El mapamu

Premiar el trabajo, no la riqueza

Informe de desigualdad de Oxfam Para poner fin a la crisis de desigualdad, debemos construir una economía para los trabajadores, no para los ricos y poderosos. En 2016, el grupo Inditexa, al que pertenece la cadena de tiendas de moda Zara, repartió dividendos por valor de cerca de 1.300 millones de euros al cuarto hombre más rico del mundo, Armancio Ortega. Stefan Parsson, hijo del fundador de H&M y que ocupa el puesto 43 en la lista Forbes de las personas más ricas del mundo, recibió 658 milones de euros en concepto de dividendos el año pasado. Anju vive en Bangladesh y trabaja confeccionando ropa para la exportación. Suele trabajar 12 horas al dá hasta muy tarde. A menudo tiene que saltarse comidas porque no ha conseguido suficiente dinero. Gana poco más de 900 dólares al año. El año pasado, el número de personas cuyas fortunas superan los mil millones alcanzó su máximo histórico, con un nuevo milmillonario cada dos días. En este momento hay 2.043 milmillonar

El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás