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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

¿Seguimos siendo parte de la intervención militar de NNUU en Haití?

Por: Rafael Puente
Noticias de prensa aseguran que la Asamblea Legislativa Plurinacional autorizó, hace un mes, la salida de más de 200 efectivos militares bolivianos para que sean parte de los Cascos Azules que forman la llamada Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití; y aseguran, también, que todos los y las asambleístas levantaron la mano aprobando esa salida.
¿Puede ser verdad este sometimiento a la ONU por parte de un Estado que, además de plurinacional, pretende ser soberano y, por tanto, defender la soberanía de los demás Estados? Se trata, además, del sometimiento a una ONU que en su momento fue valientemente cuestionada y criticada por nuestro Presidente.
Recuerdo que ya el año 2006 algunos protestamos por esta inconsecuencia, pero entonces se nos dijo que se trataba de un compromiso ya contraído por gobiernos anteriores y que estábamos obligados a cumplir.
Pero si ahora se requería la aprobación de la Asamblea Legislativa, es evidente que la decisión era nuestra, y que ahora es nuestro Gobierno el del cambioel que decide participar en la invasión de un país hermano, siguiendo la eterna política invasora de Naciones Unidas donde ya sabemos quiénes son los que mandan, y repitiendo la obsecuencia con que gobiernos anteriores habían enviado militares bolivianos, por ejemplo, a Angola.
Por supuesto, el discurso de la ONU es que se trata de una “misión de paz y de “estabilización democrática en un país “con inseguridad política, social y económica. Nos conocemos de memoria ese discurso de Naciones Unidas, y sabemos también para qué sirvieron en los hechos esas misiones que conculcaron la soberanía de diferentes países.
Y, concretamente en Haití, organizaciones de derechos humanos siguen denunciando el carácter hipócrita de esa llamada MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) y que hasta ahora no ha hecho más que consolidar la cuarta invasión de los Estados Unidos a dicho país.
Por lo demás, las tropas de la ONU al principio sin las nuestras, que por supuesto nunca fueron necesarias llevan ya 20 años humillando la soberanía del pueblo haitiano y hasta ahora no han logrado “estabilizar nada, como ya lo denunciaron nada menos que Adolfo Pérez Esquivel y Eduardo Galeano. ¿Tiene sentido que en semejantes circunstancias nuestros militares bolivianos sigan siendo parte de los más de 9.000 cascos azules de la ONU, que casualmente colaboran con miles de marines y paracaidistas de la 82 División Aerotransportada del Ejército de Estados Unidos (que entre otras cosas custodia el palacio de gobierno de ese sufrido país latinoamericano)?
¿No quedamos en que cada país y cada pueblo tiene que resolver sus problemas de manera autónoma, y que el apoyo externo, supuestamente solidario, sólo puede ser económico y nunca militar? ¿No resolvimos nosotros por nuestra propia cuenta los problemas emergentes de la cadena de dictaduras militares que empezó con Barrientos y terminó con García Meza?
¿Qué sentido tiene, entonces, que nos metamos a pretender resolver los problemas de Haití, el país más castigado del continente por la osadía de haber sido el primero en cuestionar la dependencia colonial?
¿Cómo se concilia esta decisión de nuestra Asamblea con la actitud del vicepresidente García Linera, que al año 2010 cuestionó la injerencia norteamericana en Haití y pidió la salida de sus marines? ¿Cómo se justifica que ahora estén nuestros soldados colaborando con esos siempre indeseables y execrados marines?
Señores y señoras asambleístas: ¿nos pueden dar una explicación para esta incoherencia? Y ¿no les parece un triste final de una gestión que, de todas maneras, no se puede decir que haya sido muy coherente con nuestra Constitución, con nuestras afirmaciones pacifistas y con el Vivir Bien? Quedamos a la espera.

El autor es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba.
Twitter @escuelanfp

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