Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Verónica Rocha Fuentes
Cuerpos, campos, batallas... lo señalamos hace un tiempo y hoy nos hacemos eco de ello: el tema de la violencia contra la mujer está definiendo, cada vez más y con mayor fuerza, no solo los contenidos de la agenda política nuestra de cada día, sino también de sus enfoques e, incluso, desenlaces. Ya sea desde la práctica política como tal, ya sea desde la acción de los medios de comunicación o ya sea desde las dinámicas que la ciudadanía misma utiliza para generar opinión pública, esa triada de actores en constante relación y retroalimentación se encuentra dando cuenta, a través de lo que está (re)produciendo, que estamos aún bastante lejos del ideario de una sociedad despatriarcalizada.
Pensemos, por ejemplo, en el accionar de las y los actores políticos. ¿Qué otra cosa es, por ejemplo, la barbaridad aquélla de que estemos en vigilancia para que Marín Sandoval, un asambleísta acusado por violencia contra su pareja, no retorne a su curul? Quizás lo peor en este caso es que varias compañeras de su propio partido político han manifestado, privada y públicamente, su voluntad de que sea expulsado del mismo, e incluso que un colega suyo de partido y en la Asamblea haya participado activamente en la denuncia de la violencia que Sandoval ejerció contra su pareja y que, a la fecha, en los hechos no haya pasado realmente nada desde su organización política. En cambio sí llevó a cabo una vergonzosa e inédita conciliación (en un delito de tipo público y que no la permite) y que ahora, sin respaldo jurídico (es impresionante que la Asamblea Departamental de La Paz no cuente con un tribunal de ética) deja este caso de una gran dimensión ética en las manos de sus colegas.
O pensemos en nuestro propio accionar en diálogo con el de los medios de comunicación; digamos el caso de Susana Vaca, concejal del MAS que ha sido víctima de una despiadada guerra política echada como anzuelo a nuestras peores prácticas de desinformación y opinión y que, en realidad, termina afectando solamente a aquellas mujeres que tuvieron el mal tino de fotografiarse con el primer hombre del Estado, ser jóvenes y cumplir parámetros occidentales de belleza femenina para devenir inmediatamente en objetos de cosificación sexual para el morbo colectivo y la cosecha política de algunos sectores. Peor aún, dinámicas perversas recogidas por algunos medios que validan información sobre esta concejal o no; teniendo como base para la elaboración de datos la mentira que emerge en las redes sociales digitales.
Está claro que estos dos breves ejemplos solo nos marcan la tónica de los últimos días. Mírenlo, llevamos ya años en la agenda política, mayoritariamente gracias a la violencia que la sociedad en su conjunto ejerce contra nosotras, las mujeres. Debemos darnos cuenta de que el campo sobre el cual se están jugando variadas batallas políticas de alta intensidad no es precisamente y exclusivamente el de la libertad de expresión, es, directa y concretamente: el cuerpo de las mujeres bolivianas. Más aun últimamente cuando nuestras acciones, con base en nuestros peores monstruos patriarcales o nuestra superación colectiva igualitaria, se encuentran a un Me gusta o un Compartir de distancia.
y Twitter: @escuelanfp
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios