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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

Con los trabajadores todo, sin ellos nada


Por: Edmundo Juan Nogales Arancibia
El Proceso de Cambio es resultado de una acumulación de movilización histórica de la formación social boliviana frente al neoliberalismo, a veces lo olviamos y pensamos que es resultado de un solo sujeto. Esta analogía aplicada a nuestro proceso a partir del análisis que hace Franck Gaudichaud sobre el “poder popular” en Chile en tiempos de Allende, resultado de una acumulación histórica que se aceleró en el periodo del mítico presidente.
Es ilustrador ese análisis por que evalúa el desarrollo del “poder popular” a través de la necesidad de hacerle frente a la burguesía en lo político y económico, impulso que llevó a los trabajadores a desarrollar los “cordones industriales” mediante la toma de fábricas, sobrepasando las propuestas del propio Allende y la Unidad Popular (UP), que planteaban la cogestión obrera; pero, en la práctica se incrementaron las acciones directas de los trabajadores con huelgas y protestas en los años 71 y 72.
En aquel momento los trabajadores veían con claridad las necesidades y tareas a resolver; ante el abandono y cierre de empresas respondieron con la toma de fábricas, ante el sabotaje para el abastecimiento de medios de producción para la industria se comenzaron a fabricar las piezas necesarias, ante el sabotaje con el desabastecimiento en alimentos, como sucede hoy en Venezuela, se organizaron las pulperías populares y sistemas de abastecimiento desde el pueblo. Así se fue construyendo el “poder popular” en Chile.
El error del gobierno de Allende, por una parte, fue pensar que los militares respetarían el orden institucional y la Constitución, y por otra, que los empresarios no impulsarían un golpe de Estado junto al ejército, con el padrinazgo norteamericano; creyó ilusamente que se podían dar salidas sin afectar a los empresarios que prometían dejar el sabotaje económico a condición de que les devolvieran las fábricas tomadas, y es por ese motivo que se desalojaron a los trabajadores de las fábricas, así, de manera ejemplar, un lienzo desplegado en una fábrica expresaba su descontento al tiempo que expresaba su voluntad por defender ese proceso: “Igual defendemos a este gobierno de mierda”.
Cualquiera diría que estas acciones de los trabajadores podían significar un sabotaje a Allende, sin embargo, evaluando el desenlace histórico notamos que los trabajadores tenían razón, el proceso debía de profundizarse y no confiar ni remotamente en una burguesía criolla que ganó tiempo y mantuvo su poder económico y, luego, con la dictadura de Pinochet instauró un modelo económico aún vigente en el vecino país.
Actualmente vemos a nuestros compañeros trabajadores movilizados en las calles con muchos pedidos, entre ellos la exigencia de proteger el derecho al trabajo, que se apruebe la ley de reincorporación laboral, la ley de empresas sociales productivas y comunitarias, que se dé un marco de protección a las empresas que están siendo tomadas por los trabajadores, y también que se hagan cambios en el gabinete, como postuló el ampliado Fabril del 17 de mayo y el de la Central Obrera Boliviana que ratificó ese pedido.
Los trabajadores reconocen que hay un periodo de crisis en Bolivia que es consecuencia de una crisis del sistema capitalista mundial, pero que la salida debe ser con los trabajadores porque son ellos quienes defenderán los avances del proceso de cambio, hacer lo contrario sería retroceder para someternos al dominio de una clase social que hoy quiere sacar partido del cierre de Enatex indicando que las empresas son insostenibles en el país y buscan el recorte de derechos de los trabajadores para hacer sus negocios más rentables.
Para no cometer los mismos errores del pasado, de procesos políticos nuestros y de nuestros vecinos, debemos responder a cada problema cerrando filas junto a los trabajadores, la conciencia de clase que debemos asumir como pueblo explotado traerá como resultado el afrontar cada problema concreto sin perder la perspectiva de construir una forma de vida anticapitalista para nuestro pueblo.
Abogado, Integrante de la Escuela Nacional de Formación Política

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