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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

Los doctorcitos y la (in)-justicia




Por: Carla Espósito Guevara
A propósito de la Cumbre de Justicia, que fue pensada con el fin de buscar soluciones a la profunda crisis de la justicia que vive nuestro país, quiero poner sobre la mesa algunas reflexiones sobre uno de los actores fundamentales de la (in)-justicia en Bolivia. Los abogados. Por mi experiencia en los últimos años trabajando con profesionales del derecho, me animo a sacar una conclusión: en Bolivia se ha producido una abismal separación entre justicia y derecho y creo que esta separación está en las raíces de la crisis judicial.
El derecho en Bolivia se ejerce como la aplicación ciega de la letra muerta de la ley, sin importar si esta aplicación es justa o no. En la mayoría de los casos no existe ni la más mínima reflexión, discusión o debate sobre la justeza de este ejercicio. Es como si la justicia perteneciera a un ámbito distinto y alejado del derecho.
Esto, en gran medida, es resultado de la formación en derecho en las universidades. La enseñanza del derecho en Bolivia es positivista y fomenta la formación memorística de códigos y leyes dejando de lado la discusión y compresión lógica del derecho. Desde hace varios años vienen eliminándose todas las materias reflexivas y filosóficas en favor de las materias procedimentales, así la formación de los abogados ha quedado esterilizada de la teoría, la filosofía y la ética. Con esto, se impuso el dogmatismo, lo que sin duda contribuye a la producción del pensamiento conservador de los juristas.
La formación universitaria se complementa con las prácticas institucionales. Es ahí donde los jóvenes abogados pierden cualquier rastro de idealismo que pudiesen haber conservado y son inducidos al laberinto infinito de la corrupción, la chicanería y el soborno. Es en las prácticas institucionales donde los jóvenes abogados aprenden a naturalizar la corrupción y todas las malas prácticas del poder burocrático.
Los abogados tuvieron la oportunidad de jugar un rol en la construcción del Estado Plurinacional. Podrían haber sido los llamados a pensar, diseñar y construir la legalidad de una nueva sociedad, pero se dieron a la tarea de conservar lo antiguo convirtiéndose en una de las fuerzas más conservadoras de este proceso. Hicieron del poder judicial en un infierno para los débiles y los pobres, rompieron el principio de igualdad ante la ley, jerarquizaron e institucionalizaron la corrupción y como si fuera poco, impusieron un tarifario oficial para los diferentes niveles jerárquicos de corrupción que impávidamente ostentan en los pasillos de los juzgados.
Son ellos los que demandaban un lugar protagónico en la Cumbre de Justicia. Con qué derecho digo yo, si son quienes han desnaturalizado la palabra la justicia. ¿Serán estos abogados lo que materializarán la reforma judicial? En ese caso permítanme expresar mis más profundas dudas sobre el éxito de esta reforma.
Si hay un lugar por el que deberíamos empezar como sociedad es por descolonizar el derecho. Hay que “des-doctorizar” la sociedad. Resulta a lo menos contradictorio que con un movimiento político tan fuerte a favor de la descolonización el “doctorismo” del siglo XIX siga tan arraigado y vigente en nuestra sociedad como lo fue en antaño. Si queremos algún resultado para el Vivir Bien de la Cumbre de Justicia, también había que “des-doctorizarla”, otra tarea es repensar la formación de abogados y juristas y orientarla a la reconciliación entre derecho y justicia.
Socióloga.
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