Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Yuri
F. Tórrez
Cuando el
atardecer del sábado 17 de septiembre caía sobre la comunidad San Lorenzo, en
Charagua Norte, una magna asamblea constituida desde abajo elegía, por normas y
procedimientos propios, al primer tëtarembiokuai reta imborika (TRI), cabeza
del órgano ejecutivo de la Autonomía Guaraní Charagua Iyambae. Después de
varias horas de elevada tensión, propia de elecciones políticas de esta
naturaleza, devino el festejo, señal inequívoca de que se había culminado un
paso fundamental en la implementación del primer autogobierno guaraní.
Esta
elección tiene ribetes históricos, ya que consolida la primera autonomía
indígena del país, lo que constituye el eje constitutivo del Estado
Plurinacional en construcción. No debemos olvidar que el artículo 2 de la nueva
Carta Magna establece: “Dada la existencia precolonial de las naciones y
pueblos indígena originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus
territorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del
Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, el autogobierno, a su
cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus
entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley”. Por lo tanto,
esta autonomía indígena guaraní es un correlato de esta premisa constitucional.
En
guaraní yambae significa “sin dueño”, y es aquí donde radica el sentido de la
autonomía indígena en Charagua, que para muchos significa el faro que iluminará
al resto de los pueblos indígenas que están en la cruzada para lograr la
constitución de sus propios autogobiernos.
La
significación del proceso autonómico en Charagua tiene sustento en una memoria
histórica, en el “sueño de nuestros ancestros”, decía una dirigente indígena
guaraní. Esa lucha fue la que les permitió resistir el exterminio tanto en la
Colonia como en la República, y forjó las ansias del ejercicio de la libre
determinación en el contexto de un Estado Plurinacional.
El 17 de
septiembre constituye un hito democrático, ya que ese día se plasmó in situ
aquella idea en torno a la democracia comunitaria e intercultural, que es la
imbricación posible de distintos modelos de democracia en una demodiversidad,
como dice Boaventura de Sousa; lo que, desde luego, trae consigo nuevas y
viejas tensiones y conflictos, como muestra Charagua Iyambae, pero también
ofrece salidas propias a los enredos democráticos, otorgando sentidos
alternativos a lo político, de cara a un mayor y más efectivo mandato y control
social en plural.
Hoy si
bien Charagua Iyambae es un territorio con mayoría poblacional guaraní, tiene
un carácter multiétnico, lo cual también representa uno de retos de su
autonomía indígena, en la medida en que implica superar esa discriminación y
racismo que sufrió históricamente el pueblo guaraní, generando una equidad
interna en su propio seno y articulando a todos los demás sectores sociales con
cultura diferente, por la vía de un diálogo intercultural, sin la necesidad de
negar el conflicto, sino más bien aplicando aquellos valores y principios que
expresan su estatuto autonómico.
Mas no
somos nosotros quienes tenemos la palabra, son ellos los protagonistas de este
proceso hacia el autogobierno y libre determinación, en medio de una historia
que, según dijeron sus antepasados, se marca en esos trastocamientos de las
posiciones de la tierra, donde la noche se hace día y el día se hace noche,
donde la oscuridad no es solo penuria, sino también acumulación de energía
creadora para rebrotar.
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