Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Emilio Marín
Siguen
las malas noticias para la mayoría de los brasileños. Michel Temer sigue de
excursiones por el mundo, buscando inversiones. Y en Diputados hubo una primera
votación a una enmienda constitucional que congela el gasto público por 20
años.
Cuando
en septiembre el golpista Michel Temer fue a la reunión del G-20 en Hangzhou,
China, en San Pablo se reunían 100.000 personas gritando “Fuera Temer”. Fue la
octava marcha de ese tipo, luego que el 31 de agosto el senado brasileño
consumara la destitución de Dilma Rousseff. Muy posiblemente esa serie continúe
con otras movilizaciones, ante las poco halagüeñas perspectivas que depara un
presidente con apenas 18 por ciento de imagen positiva.
Como
las cosas le van mal dentro de casa, el “usurpador” viene cumpliendo una
abigarrada agenda internacional. En el G-20 tuvo reuniones bilaterales con el
anfitrión Xi Jinping, el tambaleante español Mariano Rajoy, el príncipe
Mohammad bin Salman de Arabia Saudita, el premier italiano Matteo Renzi y el
japonés Shinzo Abe.
A esos
interlocutores, en un estilo muy parecido al de su colega Mauricio Macri, les
presentó proyectos de emprendimientos extranjeros por un monto de 90.000
millones de dólares. Ya se verá cuál fue la moneda de cambio que prometió a
esos inversionistas.
Temer
voló a la 71° Asamblea General de la ONU, en los primeros días de octubre. Al
hablar se ausentaron de la sala los representantes de Bolivia, Costa Rica,
Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, como señal de protesta.
Y antes
de eso estuvo en Olivos con Macri, ambos en fina sintonía del ajuste, el
achicamiento del Estado y el reamigamiento con los organismos financieros
internacionales. En todo caso, si hubo algún matiz, Temer quedó a la derecha de
su colega del PRO, lo que es mucho decir. Fue en el tópico de la negociación
con otros centros de poder mundial: Brasilia quiere que cada socio del Mercosur
negocie con autonomía. El rioplatense, quizás por su menor calado, es
partidario de que lo haga el Mercosur. A Venezuela ambos le desconocieron su presidencia
pro-témpore del Mercosur y terminaron dándole un golpe (¿qué les hace una
mancha más a estos tigres?), con una presidencia compartida de los otros cuatro
socios.
Y
ahora, a mediados de octubre, el brasileño irá a la India, a la VII Cumbre de
los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). En el estado indio de Goa
va a suscribir la Declaración Final y memorandos de entendimiento en
cooperación ambiental, investigaciones agrícolas y de autoridades aduaneras.
También allí su clave estará en los encuentros con el Consejo Empresarial del
Brics y el presidente del Nuevo Banco de Desarrollo, K.V. Kamath. Otra vez
pedirá inversiones y ofrecerá pingües ganancias en Brasil.
Situación apretada
Ahora
la recesión es más acentuada y el PBI tendrá este año una caída del 3,2 por
ciento, un registro negativo que se reiteraría en 2017. El desempleo se empinó
hasta el 11 por ciento, englobando a 12 millones de personas. Y allí aparece el
carácter perverso del gobierno brasileño, que aprovecha esa crisis para
fundamentar su ajuste que supuestamente iría a mejorar esos desastres. En
referencia al 11 por ciento de desocupación, Temer -como su amigo Macri- lo
explica por la “pesada herencia”, aunque el brasileño tiene el inconveniente de
haber sido vicepresidente en dos mandatos de Dilma. El actual ministro de
Hacienda, Henrique Meirelles, promueve un brutal ajuste en línea con las
recetas fondomonetaristas; él también fue titular del Banco Central en tiempos
de Lula.
Meirelles
es el impulsor de la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC 241) por la cual
el Estado congelará el gasto público por veinte años. El 10 de octubre hubo un
primer voto favorable en la Cámara de Diputados, con 366 legisladores que le
dieron luz verde y apenas 111, el PT y sus aliados, en contra. Por la
afectación constitucional, esa norma debe ir a una segunda consulta y voto en
la cámara, que será el 24 de octubre, y luego, en caso de ser aprobada, será
girada al Senado para que también la analice en dos sesiones.
Salida fondomonetarista
Por la
correlación de fuerzas evidenciada en Diputados, donde superó la marca
requerida de las tres quintas partes, Temer-Meirelles saldrían airosos, a pesar
de la extrema gravedad de lo que está en juego.
El
gasto en salud, educación y programas sociales será congelado por veinte años.
Esto en primer término quiere decir que un presidente no electo como tal le
impondrá a cinco venideros, que deberían surgir de las urnas, un chaleco de
fuerza de acero imposible de estirar.
La
única actualización de ese gasto sería por la inflación del año precedente.
Nada más. Ni siquiera se prevé ajustar al alza según el crecimiento de la
población en un país de 205 millones de habitantes: el mero aumento vegetativo
determinará menos inversión social.
Por el
achicamiento presupuestario en educación, ya hay 197 colegios tomados según la
Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios. Resisten los recortes y la
eliminación de materias obligatorias de Artes, Educación Física, Sociología y
Filosofía.
Meirelles
estaba en Nueva York reunido con inversores del Bank of America y tuvo un
orgasmo con esa votación de la PEC 241. “Es una excelente noticia para el país.
Y estamos presentándola a la comunidad internacional. Brasil prosigue en el
ajuste de las cuentas públicas”, declaró a los medios.
Allí se
transparentó cuál es la oferta con que el actual gobierno tienta a los
inversores externos. Les dice, vengan e inviertan en el país, porque el Estado
por veinte años contendrá el gasto público. Ese ahorro favorecerá vuestros
negocios, tomando créditos, premiando exportaciones, subsidiando inversiones y
haciendo obras de infraestructura que sus empresas aprovecharán.
La
directora gerente del FMI, Christine Lagarde, felicitó desde Washington la
Enmienda porque “refuerza la credibilidad en las políticas macroeconómicas”.
Las
críticas vinieron de Lula, Dilma y legisladores que en Diputados denunciaron lo
que se estaba votando. La meta para el presupuesto de 2017 era que el gasto
social aumentara hasta 15 por ciento del mismo. En los próximos diez años
bajará al 4 y en el siguiente turno al 3, estimándose que ese recorte provocará
en 2025 la pobreza de 41 millones de brasileños.
Pre-sal para extranjeras
Aquel
congelamiento tendrá consecuencias muy negativas en salud. En 20 años, traerá
para este sector pérdidas estimadas en 743.000 millones de reales (228.000
millones de dólares), de acuerdo con el Instituto de Investigación Económica
Aplicada, entidad ligada al Ministerio de Planificación, señaló la periodista
Claudia Collucci. Y eso que el mayor país latinoamericano es de los que menos
gasta per cápita en salud: 591 dólares, la mitad del gasto argentino.
Cuando
Temer estaba en Nueva York en la ONU se produjo en Brasilia otra novedad que
pinta la orientación pro monopolista de su administración. La Cámara de
Diputados aprobó por 292 votos a 101 poner fin a la exclusividad de la estatal
Petrobras como operadora de la llamada capa de pre-sal, la mayor reserva
petrolera. Las reservas allí se estiman en 176.000 millones de barriles de
petróleo y durante los años petistas se reservó a Petrobras la responsabilidad
principal de su explotación y con una participación obligatoria de al menos el
30 por ciento en todos esos emprendimientos. Los beneficios iban a engordar
presupuestos sociales, entre los que descolló el Bolsa Familia, al margen que
de las operaciones de la estatal petrolera también salieron fondos millonarios
para la corrupción política de un amplio espectro y no sólo del PT como
presenta las cosas la red O'Globo.
El
diputado del Partido de los Trabajadores, Henrique Fontana, llamó entreguista a
los legisladores que apoyaron esa ley. “Quienes invirtieron millones de reales
en el desarrollo de la tecnología para descubrir estas riquezas fueron los
brasileños y ahora que el filete mignon está servido, ustedes quieren llamar a
las multinacionales”, les dijo. Su colega del Partido Socialismo y Libertad
(PSOL), Iván Valente, también rechazó esa concesión. “Estamos en un proceso de
privatización acelerada porque la creencia es que necesitamos agradar al
mercado internacional”, denunció.
Todos
los opositores apuntaron contra el canciller José Serra, pues el proyecto
privatizador era suyo de su tiempo como senador, antes del golpe institucional
culminado el 31 de agosto. Por eso, igual que el presidente Temer, se reunió
con los directivos de Chevron y otras multinacionales, prometiendo lo que ahora
puede ser una realidad: la entrega petrolera en beneficio de monopolios y EE
UU. Y con esa pérdida de soberanía energética -otra similitud con Macri- se
recortarán los ingresos fiscales del Fondo Social Soberano.
Para
allanar el camino político de la entrega, el Ministerio Público presentó el 10
de octubre nuevos cargos contra Lula da Silva y otras 10 personas, por presunta
corrupción, lavado de dinero y tráfico de influencias. Con este ya carga cuatro
procesos en su contra. Cualquier parecido con lo que hacen en Argentina contra
CFK no es mera coincidencia.
y Twitter: @escuelanfp
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios