Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Lucía Sauma
Varias
veces en la historia fue condenada a muerte, fue arrinconada, menospreciada y
sin embargo permanece viva, haciendo que el rojo se vea como la sangre, el azul
como el mar, que se viaje en una nave espacial sin ser astronauta, o recrear
los viajes de Colón en pleno siglo XXI, es la radio con su mayor poder: la
imaginación. Se hace radio imaginando para hacer imaginar. Con muy pocos
elementos, la voz, la música y los sonidos, se puede armar la guerra y
recuperar la paz.
Para
hacer buena radio también hay que ser oportuno y estar en el lugar donde
suceden los hechos, ser testigo de la cotidianidad que se da en las calles,
donde se hace la vida, entrar en las casas donde la gente ve crecer a sus
hijos, se ama y se enoja, entrar en los hospitales, en las cárceles, en los
aeropuertos y en las terminales donde las personas se reencuentran o se
despiden. En las escuelas para escuchar a los estudiantes y a los maestros,
pero también a los porteros y al heladero o la dulcera que desde las puertas,
son testigos del tiempo.
Paso
el dial y con tristeza compruebo que la radio ya no cuenta historias, que está
copada por los agoreros del fin del mundo, los que con voz casi siempre
falsamente llorosa y evidentemente confusa, hablan de un dios que prohíbe todo
y cobra todo en efectivo.
También están las que se creen muy desenfadadas llenando sus espacios con improperios para subir en una medición de audiencia fantasma. Están las radios que se dicen muy participativas y tecnológicas porque sus computadoras se llenan de mensajes que terminan siendo tristes simulacros de una conversación sin rumbo. Hay otras que producen pena y desazón por la cantidad de equivocaciones, desatinos, precariedad con la que se atreven a ponerse frente a un micrófono.
También están las que se creen muy desenfadadas llenando sus espacios con improperios para subir en una medición de audiencia fantasma. Están las radios que se dicen muy participativas y tecnológicas porque sus computadoras se llenan de mensajes que terminan siendo tristes simulacros de una conversación sin rumbo. Hay otras que producen pena y desazón por la cantidad de equivocaciones, desatinos, precariedad con la que se atreven a ponerse frente a un micrófono.
Los
fundamentalismos, sean religiosos o políticos, la ignorancia, la flojera o el
facilismo postergan a la radio, la inutilizan como un verdadero medio de
comunicación con vocación para la educación formal e informal. Por ejemplo, la
radio alfabetizó en la lectura y escritura de idiomas indígenas y también
enseñó a preparar las sales hidratantes que salvaron la vida de miles de niños.
Con muy pocos recursos la radio informa desde el lugar de los hechos, inundaciones
o deslizamientos, fiestas de los barrios, dedicatorias de enamorados.
Quienes
tienen la dicha de estar detrás de un micrófono actualícenla con la nueva
tecnología. Inventen verdaderas formas de participación, desafíen su
imaginación, cuenten historias, sirvan a la gente llevándole el mundo allí
donde esté, elaboren las noticias con lenguaje auditivo, elijan buena música,
presten atención a la letra de las canciones. Recuerden (¡Entérense!) la radio
está viva.
y Twitter: @escuelanfp
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