Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Eduardo Paz Rada
El
proceso nacional-popular de Bolivia, iniciado con la rebelión de octubre de
2003, ha conseguido transformar las estructuras culturales, políticas,
económicas y sociales del país y se encuentra, a once años de gobierno del
presidente Evo Morales Ayma, ante la necesidad de reafirmar el mismo en un
contexto regional distinto por los retrocesos producidos en Argentina con el
triunfo electoral de Mauricio Macri y en Brasil por el golpe de estado
parlamentario de Michel Temer a Dilma Rousseff y por la dura campaña contra el
gobierno de Nicolas Maduro en Venezuela.
Las
coordenadas del referéndum del 21 de febrero de 2016 acerca de la posibilidad
de una nueva postulación presidencial de Morales estuvieron condicionadas por
el inicio de la ofensiva de la dominación imperialista en la región, diez años
después de la derrota de su proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA), y por un doble proceso interno: por una parte la desaceleración de la
organización y movilización popular junto a un exceso de confianza en el ámbito
estatal, y por otra la facilidad de la unificación de la oposición detrás de la
consigna del No en el referéndum atrayendo a sectores indecisos de la
población.
Corresponde,
a un año de la consulta que dio un resultado ajustado de ventaja al no, realizar
un balance de los hechos y de la trayectoria del hecho político-electoral, para
anotar las determinaciones del contexto como la crisis europea, el poderío
chino o la elección de un nuevo presidente en Estados Unidos, en la perspectiva
de la profundización nacionalista y antiimperialista.
Nuevas estrategias imperialistas
La
experiencia de los organismos de inteligencia del imperialismo norteamericano,
la acción coordinada de los sectores partidarios de oposición, el uso de medios
de comunicación nacional e internacional políticamente definidos, el rol de
algunos comentaristas y analistas de los mismos, junto a una campaña diseñada
bajo los catálogos de la guerra sucia que incluía la mentira, el rumor, el
amedrentamiento y la presión a periodistas y locutores de segundo nivel, así
como la manipulación por las redes virtuales, fueron las claves en la
articulación del voto por el No en el referendo.
Este
acontecimiento, permite reflexionar y realizar un balance en torno a las
implicaciones electorales, políticas y estratégicas tomando en cuenta las
dimensiones interna del país y externa de la región latinoamericana. Si se toma
en cuenta que en tres elecciones nacionales y un referendo revocatorio
anteriores, Evo Morales consiguió el respaldo de entre el 54 y el 64% del
electorado frente a una oposición dividida, la consulta sobre la repostulación
abría la posibilidad para que las fuerzas beligerantes se unifiquen.
La
sorpresa y velocidad fue la táctica efectiva en la campaña del No y el aspecto
más destacado y aprovechado por sus estrategas que, utilizando todos los
dispositivos y mecanismos a su alcance y millonarios recursos, lograron
influenciar en importantes sectores sociales y regiones del país sembrando la
duda, el temor y la incertidumbre en la población.
Ofensiva conservadora
Primero
fueron esgrimidos los argumentos de la inconstitucionalidad, el continuismo y
la renovación, los mismos que fueron rápidamente rebatidos, luego comenzó la
batería pesada con la puesta en agenda de los casos de corrupción en esferas de
las organizaciones sociales, particularmente el Fondo Indígena, el mismo que
también fue superado tomando en cuenta que ya se habían iniciado procesos a los
implicados, se había detenido a una ex ministra, a varios ex dirigentes de
organizaciones sociales, parlamentarios y funcionarios públicos.
Fueron,
finalmente, tres poderosos misiles los utilizados en las últimas semanas: 1.-
la movilización artificial y subvencionada de grupos de discapacitados que
ocuparon las calles de las ciudades principales, 2.- la versión de la
existencia de un hijo del presidente, cuya madre, la señora Gabriela Zapata,
realizaba tráfico de influencias y 3.- el incendio en la Alcaldía de la ciudad
de El Alto ejecutado por provocadores. Estos disparos teledirigidos de última
hora no pudieron ser efectivamente rechazados por el Movimiento Al Socialismo
(MAS), los Movimientos Sociales y el gobierno.
Sobre
esta base, se puso en operación el aparato mediático, la campaña de múltiples
acciones y las redes virtuales que alcanzaron importantes resultados para
sensibilizar a sectores indecisos de la población, alrededor de 10%, para
conseguir los resultados de la consulta con una apretada victoria del No, menos
del 2%, a la repostulación presidencial.
Revelaciones de la conspiración
Meses
después se aclararon los hechos, particularmente aquel que tuvo ribetes de
escándalo, morbo, amarillismo y marcó tendencia en la decisión de los votantes.
La mentira de la existencia de un hijo de Evo Morales fue preparada por el
funcionario de la Embajada de Estados Unidos Peter Brennan y el mercenario de
los medios de comunicación Carlos Valverde, este último lanzó la versión en un
programa de televisión e inmediatamente la repercusión fue ampliada a través de
una red de medios, “analistas” y periodistas.
La
revelación más contundente de esta conspiración política fue la declaración del
diputado Rafael Quispe del opositor Unidad Nacional, el pasado 7 de junio,
quien manifestó que los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en La Paz,
con los que tuvo varias reuniones, han instruido la unificación de la oposición
para buscar la derrota del gobierno de Evo Morales, siendo la prueba más clara
de esta estrategia diseñada en el contexto de recuperar la influencia
norteamericana en la región.
La
trama de la acción política estratégica de conseguir un debilitamiento profundo
e irreversible del gobierno, el MAS y el propio Evo Morales no alcanzó los
resultados esperados y la continuidad buscada, no solamente por el
desmantelamiento de la conspiración mediática, sino por la rápida acción de las
organizaciones populares y del propio presidente que recuperaron la iniciativa
política incluyendo la autocrítica en torno a la burocracia paralizante en el
gobierno y la corrupción en sectores de la administración estatal.
Fortalecer el bloque histórico
Por
otra parte, corresponde recordar que la propuesta de dar continuidad a las
transformaciones revolucionarias con la repostulación de Evo Morales surgió de
las organizaciones matrices de los movimientos sociales: campesinos, mujeres
campesinas, interculturales, indígenas, trabajadores y vecinos populares a
través de sus Congresos y Ampliado e, inclusive, el XVI Congreso de la Central
Obrera Bolivia (COB), realizado en Tupiza en enero de 2016, determinó aprobar
la tesis política de profundizar la lucha antiimperialista y respaldar la
reelección de Evo Morales.
El
aspecto operativo que limitó los alcances de la campaña del si estuvieron
vinculados principalmente a la tardía reacción y movilización de las
estructuras organizativas del Movimiento Al Socialismo (MAS) y al excesivo
protagonismo de las instancias estatales a través, principalmente, de los
resultados y obras de la gestión que no estuvieron plenamente acompañados con
el desarrollo y el debate político e ideológico sobre los alcances de las
tareas gubernamentales.
Esto
implica que, además de operar en los ámbitos de los medios de comunicación, las
redes virtuales y las campañas generales de las realizaciones gubernamentales,
las prioridades están relacionadas al avance cualitativo de la organización
social y política de las bases del MAS, de los movimientos populares y del
pueblo en general, a la formación de cuadros en todos los sectores y regiones y
al impulso de una renovada democracia deliberativa que dirija y acompañe la
gestión estatal y la ejecución de la Agenda Patriótica 2025.
Acciones y tareas
Además
corresponde potenciar una militancia activa y protagonista en torno a la
renovación del programa de profundización de la soberanía y dignidad
nacionales, la recuperación plena de los recursos naturales, la
industrialización estratégica del gas, el litio, el hierro, el potenciamiento
de la producción agraria campesina, el control social sobre la burocracia, la
transparencia y la organización y formación, como la Escuela Antiimperialista
de las Fuerzas Armadas Juan José Torres, en todos los sectores y regiones del
país. No pensar solamente en votaciones, pensar y desarrollar movilizaciones y
votaciones priorizando la organización, el desarrollo político y el
protagonismo del pueblo.
Tomando
en cuenta las experiencias revolucionarias de otros pueblos, se convierte en
prioridad el asegurar que los trabajadores del campo y la ciudad sean los
actores directos del control de los emprendimientos productivos, en la
producción industrial y manufacturera, en la agricultura y ganadería , en los
procesos de financiamiento y desarrollo tecnológico, en la organización de
grandes complejos comunitarios, cooperativos de producción bajo la perspectiva
de la soberanía y autosuficiencia en alimentos, vestido y vivienda, protegiendo
la producción nacional y penalizando las importaciones suntuarias y el
consumismo, con un Estado Nacional sólido y unido.
Se
trata de que el pueblo boliviano sea protagonista y militante en la defensa del
proceso, el que arrope y proteja el liderazgo de Evo Morales, el que enfrente,
como lo ha hecho en la historia emancipadora, a las fuerzas de la oligarquía y
el imperialismo y sea el titular de la construcción de un proyecto de
liberación nacional y social mirando el horizonte de la unidad de América
Latina y el Caribe.
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