Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por:
Carlos Santa María
En una
serie de alta audiencia para el público estadounidense, The Black List (La
lista negra), Raymond Reddington, el personaje central, hace una exposición
sobre una forma de influir en la sociedad a través de información calculada,
denominándola "la fábrica de rumores".
En una
de las escenas se contacta con una casa especializada de carácter secreto que
es capaz de producir contenidos falsos para orientar la audiencia y obtener lo
que desea, construyendo una situación inexistente a través de encuestas
manipuladas, datos fingidos, mensajes en redes, entre una multiplicidad de
técnicas empleadas.
Reddington
explica que dicha agencia aprovecha la ansiedad del público, especialmente
cuando está condicionado por el temor, para provocar estados de pánico,
adormecer o cambiar expectativas, empleando las redes sociales en forma masiva
y estableciendo campañas de desinformación altamente coordinadas. Su fin
específico es desarrollar el arte de la desinformación para crear eventos
artificiales como si fueran reales. Con ese fin, se emplean miles de cuentas
falsas, se crean ataques para desviar la atención de algo fundamental que está
ocurriendo, lo que provoca respuestas condicionadas.
Un
ejemplo contundente de esta "fábrica" es la reciente noticia dada por
los Medios, según la cual el decreto migratorio de Donald Trump había causado
la muerte de la madre de un estadounidense de origen iraquí, Mike Hager. El
hombre denunció que había fallecido en Irak porque unos agentes de migración
aeroportuaria se basaron en esa orden para impedir que ella tomara un vuelo a
EE.UU., pese a que la mujer tenía la tarjeta de residencia permanente y debía
recibir tratamiento médico: al no poder viajar, su madre falleció.
Al
investigar la fuente, se ha descubierto que el rumor era falso: un imán de una
mezquita de Dearborn (Míchigan), ciudad donde reside Hager, confirmó la muerte
de la progenitora aclarando que el deceso no ocurrió después de que entrara en
vigor la orden ejecutiva del inquilino de la Casa Blanca, sino antes, el 22 de
enero, y debido a una grave enfermedad.
Esta
"noticia" procedía de la oposición demócrata a Donald Trump y tenía
el fin de debilitarlo e identificarlo como autor intelectual. Lo verdadero es
que, independientemente del objetivo de la medida, cuestionada por las graves
consecuencias que engendra y por sancionar no solo a inmigrantes sino a
naciones que luchan contra el terrorismo, la idea era crear una falacia de algo
inexistente.
Lo
peligroso es que esta industria ejerce un poder inmenso a través del engaño y
el rumor, elaborando realidades que no son ciertas. Sin embargo, los
comentaristas de las redes ya comienzan a entender este procedimiento
manipulador y quienes efectivamente "mueven los hilos" de los
sistemas de "seguridad", recordando hechos como el asesinato de 80
soldados sirios por la Coalición, desviado en el mismo momento por un supuesto
atentado terrorista en Manhattan gracias a la usina de rumores. Lo anterior
confirma que estas agencias productoras de humo son contratadas por empresas
poderosas con el fin de proveer contenidos ideológicos y explotar las redes sociales
con su propia versión de los hechos.
Estas
oficinas especializadas en la utilización de personal (troles de internet)
cumplen el rol de revisar columnas, propaganda, noticias, informaciones, las
favorables al neoliberalismo colonial y las desfavorables, con el fin de apoyar
las primeras y destruir las segundas.
Asimismo,
estos funcionarios pagados y entrenados en dicha función también participan en
las redes sociales al especializarse en crear informes falsos, aventureros,
orientados a crear tendencias proclives a sus causas, papel que desempeñan con
singular eficacia. Es preciso advertir que hoy se juega en las páginas
virtuales una lucha denodada entre los troles o funcionarios pagados para
destruir opiniones y los comentaristas honestos que dan su posición sobre
determinados temas.
Una
idea bastante mencionada es que los Medios alternativos se equivocan algunas
veces al informar lo irreal desviando sus propios objetivos transformadores. Es
decir, no comprenden claramente su compromiso como líderes de la información
verdadera y táctica, por lo cual creen que el principio de neutralidad,
inexistente, consiste en reproducir lo que la prensa occidental hace o dice en
forma de error craso.
Ante
estas fórmulas de desorientación que masacran el razonamiento es conveniente
insistir en desenmascarar la falsedad de Medios intencionados, proponer al
mundo una información que se concentre en los temas fundamentales y prime el
análisis de los hechos sobre la reacción emocional, primaria, instintiva, que
es una herramienta poderosa para manipular la inconciencia humana.
y Twitter: @escuelanfp
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