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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

Lo que hoy defiende la derecha no es la democracia


Por: Carla Espósito Guevara

Octubre es siempre en Bolivia un mes políticamente intenso en Bolivia. Muchas cosas se recuerdan: el asesinato del Che en La Higuera en 1967 bajo el gobierno de Barrientos, el retornó a la democracia en 1982 con la asunción de Siles Suazo al poder en hombros de una inmensa y emocionada multitud y la huida de Sánchez de Lozada luego de la masacre de El Alto el 2003. Todos estos eventos tienen que ver con la democracia, por eso hoy quiero dedicarle esta columna a sus 35 años.

A diferencia de años anteriores este 10 de octubre la derecha tomó las calles con apoyo de otros grupos sociales para defender la democracia, dicen. Una democracia que ellos vulneraron más de una vez. De pronto apareció Paz Zamora dando clases de democracia, quien fuera nada menos que el cómplice de Sánchez de Lozada. Cómo no recordar aquella tarde de octubre cuando lo vimos llorando frente a las cámaras de televisión para entretener a la prensa mientras Sánchez de Lozada huía en un helicóptero por la puerta de atrás. Resulta más que irónico verlo ahora defendiendo la democracia, cuando su partido se las arregló para permanecer durante 16 años en el poder formando alianzas con cuanto partido llegó al Palacio Quemado para privatizar la vida pública y económica del país. O peor, resulta insultante ver a Sánchez Berzaín sacándose fotos con Almagro como activista y defensor de la democracia y los derechos humanos cuando fue el quien sacó los tanques a las calles en octubre del 2003.

Por eso me parece fundamental desenmascarar esta impostura. La derecha no es demócrata y nunca lo fue y hoy se monta sobre la palabra democracia, no para defenderla, sino para defender lo que ellos laman la alternancia, es decir, el derecho que creen tener como elite ilustrada para gobernar al pueblo. La idea de democracia que tiene la derecha es oligárquica porque se basa en el gobierno de unos pocos sobre los muchos.

La derecha ha demostrado históricamente que la democracia no le importa, sino recordemos qué sucedió durante el periodo neoliberal que lideraron. ¿Fue un periodo más democrático? sin duda que no. Los derechos civiles eran suspendidos todo el tiempo para garantizar el proceso de privatización de las empresas públicas, recordemos los estados de sitio, los confinamientos en puerto Rico, las masacres en el Chapare, la masacre Amayapampa, la masacre de octubre, por nombrar algunas. Qué fue la masacre de octubre sino otra cosa que el intento más grotesco de contención de los “excesos” democráticos del pueblo a través de la fuerza armada, ¿para qué? para garantizar los derechos del capital.

La derecha no es democrática porque además ignora la dimensión social de la democracia, pues esa palabra no significa solamente ver a un presidente distinto sentado en la silla presidencial cada cinco años, significa también la ampliación de derechos sociales y un mejor reparto de la riqueza, Pero ¿que tuvimos durante el periodo neoliberal? Todo lo contrario, la derecha desmontó los derechos sociales y este país ostentó cifras escandalosas de desigualdad y concentración de la riqueza.

Por eso fue necesario contener a democracia, para que el pueblo no cuestionara la forma en que se administraba y expropiaba la riqueza a manos del capital privado y extranjero. Para eso se desmontó la capacidad democrática de los sindicatos y se inventó la Participación Popular como forma restringida de democracia, orientada a retirar al pueblo de cualquier espacio fundamental de decisión.

Es verdad que hoy no tenemos una democracia perfecta, ninguna democracia lo es, falta mucho camino que recorrer, y hay momentos en que el proceso tiende a cerrarse en sus líderes, pero sin duda lo que hoy tenemos es mejor que lo anterior. En los últimos años el pueblo formó parte de procesos de decisión muy importantes como la nacionalización y la Constituyente, que ampliaron tanto la esfera pública como la democracia social y sería una ingenuidad creer que la democracia va mejorar con el retorno de la derecha aunque ésta venga remozada a través de un cambio generacional. La propuesta democrática de la derecha es y será siempre oligárquica porque busca la privatización de la vida pública y de la riqueza. El único que puede garantizar la ampliación democrática es el pueblo, los grandes saltos democráticos ocurrieron siempre de la manos de la acción popular y no por concesiones graciosas de la derecha.


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