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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

Los derechos humanos en Bolivia: un balance necesario

Por: Fernando Rodríguez U.
La bandera de los derechos humanos, en el pasado uno de los ejes de la acumulación política contra las dictaduras y el neoliberalismo, ha sido expropiado, con la complicidad de algunos izquierdistas, por los dirigentes de la derecha que siempre negó y pisoteó los DD.HH.
Al salir de una oficina pública relacionada con los derechos humanos, me topé con un cuadro dramático: era una abuela, de al menos 90 años, quien semi dormida y acostada sobre su q’hepi pedía limosna con un vasito en la mano.
Esa imagen me llevó a al terreno de la crítica y autocrítica pues siendo militante del proceso y defensor de los derechos humanos de toda la vida, tenía sentimientos encontrados. Producto de las reflexiones que originó la escena, comparto el presente balance.
La derecha y los derechos humanos
Quienes conocemos los avatares de las luchas por los derechos humanos, nos quedamos sorprendidos cuando encontramos que los violadores estructurales de los derechos humanos tanto civiles, como políticos, culturales, sociales, económicos y ambientales, como Sánchez Berzaín, Tuto Quiroga, Paz Zamora, Doria Medina, Rubén Costas entre otros, hoy son los abanderados de la defensa de los mismos.
Esos personajes que toda la vida explotaron a sus trabajadores, les cuestionaron el derecho a la organización y a la huelga, persiguieron a sus dirigentes hasta residenciarlos e incluso exilarlos, pretenden convertirse hoy en militantes de la defensa de los derechos humanos, posesionándose como adalides, gracias a uno de los instrumentos de conspiración que usa imperialismo: la guerra mediática.
Su bombardeo crea corrientes de opinión, que divide a la sociedad entre los buenos y los malos, entre demócratas y dictadores, entre los éticos y los corruptos, es un poderoso instrumento que viola los derechos de las personas a informarse, pues lo que produce son falsedades y mentiras, que distorsionan la realidad para manipular conciencias, proponiendo desde las redes acciones de las que no se hacen responsables, pero incitan a que sus seguidores, embaucados por las imágenes y mensajes que les envían dosificadamente, a exponerse en acciones de movilización que en su grado mayor, siempre llegan a la violencia que afecta al Estado y sus instituciones y convierte a los “desobedientes civiles e insurrectos”, en víctimas de la represión estatal.
Así mediáticamente aparecen como las víctimas de la violencia estatal, especialmente jóvenes, mujeres e indígenas a quienes muestran como afectados en sus derechos humanos, y encumbran como “paladines de la defensa de los derechos humanos”, a quienes por decenas de años los violaron estructuralmente desde sus empresas y bancos.
Estos “defensores” que son esencialmente políticos, niegan esa condición para pretender aparecer como ciudadanos, constructores de plataformas independientes, de agrupaciones cívicas, “que lo único que buscan es retornar a la democracia”, que no es otra democracia que la suya, donde la conculcación de los derechos humanos fue constante y estructuralmente aceptada, por un poder manejado por empresarios capitalistas cipayos que defendían intereses extranjeros.
¿Cuál es la realidad de los derechos humanos en Bolivia?
Bolivia es un país que ha adoptado y ratificado, todas las convenciones internacionales de derechos humanos, las ha incorporado en su texto constitucional y es más, les ha dado un carácter supra constitucional, cuando sean más favorables al ciudadano que la norma interna. ¿Cuantos países tienen esta característica? Eso no se señala en las redes.
Nuestro país, es uno de los pocos que no tiene informes pendientes a los órganos de seguimiento de las convenciones adoptadas. ¿Cuantos países están en esta condición?
Bolivia recoge y respeta y da cumplimiento a las recomendaciones y observaciones de los órganos de los tratados y convierte procesalmente a estas en recomendaciones en políticas públicas. ¿Cuantos países tiene ese accionar estatal de promoción y protección de los derechos humanos?
Bolivia no ha cerrado las puertas a expertos y relatores temáticos de los derechos humanos y ha abierto sus estructuras para demostrar cómo se respetan los derechos humanos. Producto de esas visitas por ejemplo, se ha demostrado que la libertad de expresión es total, dejando sin argumentos a periodistas y comunicadores que fueron usados con ese pretexto por instancias internacionales como la SIP (Sociedad Interamericana de la Prensa), siendo hoy una verdad irrefutable de la que no quieren hablar los “agitadores” de los derechos. Ante ese fracaso, los mismos agitadores, usan hoy a los médicos en lugar de los periodistas, para generar acciones que lo único que producen como resultado, es la afectación al ejercicio al derecho a la salud que tiene toda población.
Bolivia ha solicitado la asistencia técnica de la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, para mejorar sus estándares de realización de derechos. Hoy por ejemplo se tiene como estado un conjunto de indicadores que miden la realización de los derechos humanos en políticas públicas. ¿Cuántos países han permitido que un organismo internacional juegue un rol con tan amplias facultades como la Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de Derechos Humanos?
Y ahora ha creado la Comisión de la Verdad, con facultades que ninguna otra Comisión de la Verdad tuvo en el continente. ¿Será una casualidad?
A lo que debemos sumar el Bono Juana Azurduy, el Bono Juancito Pinto, los programas de agua y riego, el seguro a la producción campesina cuando sufre pérdidas por causas climáticas, los programas de vivienda que son sólo algunos ejemplos de realización de derechos humanos, de una población que en 10 años, ha rebajado a la mitad los índices de pobreza extrema en Bolivia, situación reconocida y aplaudida por los organismos internacionales.

La abuela de la imagen con la que iniciamos el texto, sin duda alguna es una deuda para los derechos humanos. Las políticas públicas del Proceso de Cambio, deben incluir a la brevedad a ella y otros hermanos y hermanas para acabar con toda forma de inequidad y discriminación. Que la pobreza y la inequidad aún existen, no podemos negar ni ocultarlo. Pero que Bolivia ha transformado su situación de protección y promoción de los derechos humanos en el gobierno de Evo Morales, es una verdad que la oposición no tiene argumento alguno para objetar.

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