Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Alfredo
Serrano Mancilla
Empecemos
por lo más obvio. Por ahora, hay una mayoría no correista en Ecuador. Es un
cambio significativo en relación a lo que fue este país electoralmente hace
poco tiempo atrás. La consulta en este sentido no deja lugar a dudas: el 64%
del electorado le dice No a la vuelta de Correa. La participación fue alta: un
80%. Lo cuál quiere decir que el 51,2% del total de los votantes está por ahora
en contra de la vuelta del ex presidente.
Sin
embargo, dicho esto, la siguiente conclusión es también evidente: Correa y la
Revolución Ciudadana están más vivos que muertos. Si el objetivo era hacer que
el correismo desapareciera lentamente tras los primeros meses de gobierno de
Lenín Moreno, claramente esto no se ha conseguido de ninguna de las maneras. La
consulta ha constatado un hecho irrefutable: hay correísmo para rato. Un 36% ha
apoyado a Correa en un contexto con todo en contra, esto es, el 28,8% del total
de votantes del país. Un valor muy próximo a lo que Lenín lograra en primera
vuelta incluso con el apoyo de Rafael Correa: 28,99%. Es decir, Correa con todo
en contra obtiene ahora casi lo mismo que Lenín hace un año pero con todo a
favor.
Si
este dato lo comparamos con lo logrado por otros actuales Presidentes de la
región, todo nos lleva a la misma conclusión: Correa está más que presente en
la política ecuatoriana. Recuérdese que Kuczynski es Presidente de Perú con el
14,09% de votos sobre el total de inscritos en primera vuelta; Santos es
Presidente de Colombia con el 10% de votos sobre el total de inscritos en
primera vuelta, con el 23,70% en segunda vuelta; Peña Nieto es Presidente de
México con el 24,19% de votos sobre el total de inscritos; Macri es Presidente
en Argentina con el 26,82% de votos sobre el total de inscritos en primera
vuelta. En resumen: Correa tiene más porcentaje de votos que lo que muchos
Presidentes obtuvieron en sus respectivas citas electorales.
El
siguiente ejercicio para tener más certeza sobre lo ocurrido es conocer con más
detalle cómo se desagrega el 64% que votó en contra de Correa. Siempre es un
poco atrevido hacer hipótesis sobre el reparto de un voto con denominador
común: el no a la vuelta de Correa, o lo que es lo mismo, el Sí en la consulta
para las siete preguntas. Pero hay algo que es inobjetable: ni Lenín Moreno ni
PAIS pueden ser los dueños de la totalidad de estos votos porque sencillamente
todo el arco opositor se unió en la misma causa. ¿Cuánto le pertenece a Lenín y
cuánto a Lasso, Viteri, Bucarán, Moncayo, Rodas o Nebot? Es complejo extrapolar
el lote que le toca a cada quién. La distribución por igual sería poco
rigurosa. Quizás Lenín sea quién deba tener mayor cupo en ese 64%. Suponiendo
que su responsabilidad oscila en torno al 50% de los votos obtenidos, como
mejor de los escenarios para él, entonces, tendría como apoyo autónomo el 32%
(la mitad de ese 64%). Es decir, menos que lo logrado por Correa (el 36%).
Se
mire como se mire, tras la consulta, Lenín queda atado de pies y manos a la
oposición para impedir que vuelva Correa. De esta manera, no se acaba con la
rabia, sino más bien se “mata a quién pretendía matar al perro”. Esto es: Lenín
Moreno ya no tiene fuerza propia electoral para liderar este proyecto político.
La oposición ya lo sabe. Hizo sus cuentas. Sabe cuánto tiene cada uno: Lenín
por un lado y Correa por otro.
A
partir de aquí, la oposición política y económica sacará provecho del
“secuestro” del Presidente para encaminar a Ecuador hacia donde siempre lo
quiso. En economía, seguramente se pedirá “ajuste y más ajuste” para replicar
políticas neoliberales que ya se sabe en qué desencadenan. La reforma laboral
será lo primero; lo segundo, una política restrictiva de inversión social con
fuerte exoneración tributaria; lo tercero, liberalización comercial a favor de
importadores y exportadores de materia prima sin valor agregado; lo cuarto,
mayor dependencia del FMI. En lo político, vendrá más judicialización del
correismo y progresivas reformas para desmontar el Estado de Derecho actual
amparado en Montecristi. Y en lo internacional, vendrá la asociación con la
Alianza del Pacífico así como el acuerdo comercial con Estados Unidos.
Ojalá
nada de esto ocurra, pero los milagros en política no existen. La aritmética
electoral tras la consulta y el nuevo consenso de Lenín con la vieja política
condicionará el futuro de Ecuador. Por un lado, queda PAIS de la mano del resto
de la partidos opositores, con dos tercios del pastel electoral; al otro lado,
Rafael Correa con un tercio en forma propia sin necesidad de transar con nadie,
ni con opositores, ni con la banca ni con los medios, solo con gente de la
calle que decidió apoyarle nuevamente. El año próximo tendrá lugar elecciones
municipales en Ecuador; y ahí el correismo tendrá nuevamente su lugar en el
mapa electoral. Por ahora, Correa está imposibilitado para ser reelecto como
Presidente. Sin embargo, la vida política da muchas vueltas, y más en un país
que lleva dos Asambleas Constituyentes en dos décadas. Veremos.
Alfredo
Serrano Mancilla, doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona
(España). Postdoctorado en la Université Laval (Québec, Canadá). Actual
Director Ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano Geopolítico (CELAG).
Profesor de Posgrado y Doctorado en universidades internacionales (Universidad
Mayor de San Andrés y Universidad Andina (Bolivia). Universidad Pablo de
Olavide (Sevilla). FLACSO Ecuador, Instituto Altos Estudios Nacionales
(Ecuador), Universidad Magdalena (Colombia), en UNAM y CIAD (México)).
@alfreserramanci
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