Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
¿Qué
gran tesoro esconde este gran pueblo? ¿Qué gran tesoro tiene en sí la nación
guaraní?
Sí,
tratemos de hablar hoy de un tesoro y de una nación. Son dos ricas vetas
todavía no descubiertas ni exploradas del todo por parte de los que llamamos
intelectuales, y/o de aquellos que escribieron y hablaron acerca de la nación
guaraní. Y es que con seguridad que para hacerlo no es suficiente haber
consultado bibliografía previa, o haber conversado con algunos necesarios
personajes del mundo guaraní. Sino que, como una especie sugestiva de proceso
metodológico de investigación, lo que se precisaría fuera penetrar de corazón
al corazón de las comunidades guaraní. Y no sólo en su sentido figurado, sino
efectivamente adentrarse a los corazones de las personas que forman parte de
las comunidades de la gran nación guaraní.
Mientras
tanto, lo que aproximadamente podemos decir es: La verdad es que el tesoro y la
nación son uno y el mismo ser. La distinción, tal vez, está en que la nación
tiene muchos y valiosísimos tesoros; y como todos los tesoros: Son preciosos y
deben ser bien cuidados. Tesoros tales como su densa y bella historia; su
sencilla y, a la vez, compleja organización económica; su efectiva y horizontal
organización social; sus preciosas tradiciones y costumbres de siglos de
existencia, sus esperanzas históricas merecidas, sus brillantes luchas pasadas
y las actuales.
Y
de entre sus muchas luchas pasadas, ahora, queremos destacar una: La Batalla de
Kuruyuki.
Se
ha escrito y hablado tanto acerca de ella. Se sabe que ocurrió un 28 de enero
de 1.892, precisamente en la comunidad de Kuruyuki.
Pues
bien, importa mucho saber que no toda la nación guaraní combatió en ese
entonces contra los enemigos karai (los blancos colonizadores y conquistadores,
explotadores y sojuzgadores).
Importa
mucho saber que en términos militares se sufrió una derrota.
Importa
mucho saber que casi todas las clases y fracciones sociales dominantes de
entonces en Bolivia se coligaron para combatir a ese poderoso y aguerrido
ejército de combatientes guaraní.
Importa
mucho saber que hubo un interés profundo, de parte de las clases y fracciones
sociales dominantes de entonces, por hacer desaparecer en términos físicos
incluso a los habitantes de la nación guaraní que habita el Chaco Boliviano.
Importa
mucho saber que a los sobrevivientes de entre los combatientes y sus parientes,
y otros aún que no combatieron, se los distribuyó en condiciones de casi
esclavitud entre los poderosos de entonces.
Importa
mucho saber que la preparación previa y los desplazamientos militares
posteriores de los insurrectos, se caracterizaron por una impecable
organización militar, por gozar de una buena logística, disciplinada y
eficiente dirección militar, y un gran y decidido apoyo de las comunidades
guaraní.
Importan
tantas y tantas cosas que rodearon con gloria y heroísmo a los combatientes guaraní
en la Batalla de Kuruyiki.
Pero
lo que puede importar más aún, es la intención y la efectiva acción de la
mayoría de los miembros de la nación guaraní por tratar con valentía de
terminar con su condición de hombres y mujeres no libres. Pues, tengamos en
cuenta que, entre su filosofía de vida se encuentra esa especie de mandato de
vida: Ser hombres y mujeres libres.
Pero
lo que puede importar más aún, son las hermosas y efectivas formas de
organización económica, social, militar e ideológica que se construyeron y
desarrollaron para afrontar en guerra contra el colonizador y usurpador venido
de fuera.
Pero
lo que puede importar más aún, es el haber sucumbido pero sin haberse rendido
en ningún momento, jamás, no sólo de parte de los combatientes guaraní, sino de
todos aquellos que formaron parte del conjunto del ejército de esta nación y de
las mujeres, ancianos y niños sobrevivientes.
Pero
lo que puede importar más aún, es la desarticulación (o autodesarticulación)
del entramado social que pusieron en práctica los guaraní, apenas concluida la
Batalla de Kuruyuki. Autodesarticulación social desarrollada como una
estrategia de sobrevivencia por parte de la nación guaraní, y que no es
interpretada de forma correcta por los intelectuales, estudiosos de esta
nación. Fenómeno social que duró mucho tiempo, y que les sirvió, sin embargo,
para conservar sus legados más preciados como pueblo, como nación, y que ahora
los muestran al mundo como unas formas de organización social que pueden ser
unas formas de vida, junto con las conquistas del mundo moderno, para el mundo
del futuro y para el futuro del mundo.
Pero
lo que puede importar más aún, es su gran capacidad de resistencia, de lucha
tenaz, de persistencia por conservar en el transcurso del tiempo sus características
como nación; esa especie de casi terquedad por desarrollar lo que son y lo que
quieren ser.
¡Honor
y gloria a quienes nunca se rindieron!
¡Honor
y gloria a los kereimba caídos en combate en Kuruyuki!
¡Honor
y gloria a los guaraní luchadores de todos los tiempos!
¡Honor
y gloria a Apiaguayki Tüpa, singular cabeza de la Batalla de Kuruyuki!
y Twitter: @escuelanfp
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