Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Eliana
Quiroz
Un
estudio presentado semanas atrás por la Fundación Getulio Vargas sobre el rol
que jugaron perfiles falsos automatizados (robots) en Twitter en momentos
políticos clave en Brasil muestra datos reveladores. Dice el estudio: “En la
huelga general de abril de 2017, por ejemplo, más del 20% de las interacciones
ocurridas en Twitter entre los usuarios a favor de la huelga fueron provocadas
por ese tipo de cuenta. Durante las elecciones presidenciales de 2014 los
robots también llegaron a generar más del 10% del debate”. Suficiente para
armar algo de bulla y desconcierto.Este año y el próximo habrá elecciones en
varios países de América Latina, incluido Bolivia. Por tanto, vale la pena
entender estas cuentas robot que operan en las redes sociales, y que se están
convirtiendo en una potencial herramienta para manipular debates, de guerra
sucia y desinformación en la esfera pública virtual; en particular en momentos
de relevancia política.
Sin
embargo, ya se ha dicho que nada de lo que sucede en el mundo virtual es nuevo,
tiene su correspondiente expresión en el mundo no virtual. Por tanto, las
estrategias de difamación y manipulación de la opinión pública se han
practicado desde hace siglos. La diferencia ahora es la aceleración del
fenómeno y su capacidad para llegar a una gran cantidad de personas, muchas de
las cuales no tienen experiencia en estos fenómenos; por tanto, tienden a
creerlos con mayor facilidad. Es decir que puede causar un daño mucho mayor.
Identificar
la presencia de estos robots y los debates que crean es de fundamental
importancia para la democracia. La ciudadanía, los periodistas, los políticos
tenemos que ser capaces de diferenciar qué situaciones son reales y cuáles son
manipuladas en el ciberespacio. Solo así podemos tener una participación
política informada y sana.
Ya
lo he mencionado en otras columnas, pero vale la pena hacerlo nuevamente: la
web boliviana no está lejos de estos mecanismos; de hecho, últimamente hemos
experimentado una oleada de noticias falsas antes y después del 22 de enero,
día del discurso presidencial de gestión. El rumor difundido principalmente por
WhatsApp acerca de la escasez de gasolina fue tan convincente como falso. Lo
convincente devino en largas colas en las estaciones de gasolina en La Paz y en
otras ciudades del país. Lo falso se notó cuando, después de sufrir haciendo
cola por horas, no había escasez.
Resulta
importante aprender de estos mecanismos de manipulación y proteger los espacios
democráticos incluso en las redes sociales. No es tan difícil encontrar cómo,
solo se trata de escribir por ejemplo “robots, cuentas falsas y democracia” en
el buscador de su preferencia en internet, y obtendrá materiales interesantes.
Ese es el punto de partida, después su intuición lo guiará.
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