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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

Los partidos de cuarta generación y los golpes suaves


Por: Fernando Rodríguez Ureña
Los partidos políticos nacieron con la modernidad y su forma de gobierno, la democracia representativa que precisaba de formas de agrupación que permitiera la participación y organización de la sociedad para hacer posibles dos conceptos intrínsecamente contradictorios: el individualismo liberal y la decisión colectiva sobre el interés colectivo. El primero relacionado con la concepción atomista del individuo y sus derechos y libertades en tanto, el segundo con lo que se puede denominar como tiranía de las mayorías, siendo estas generalmente sumatorias de minorías que en su total final hacen mayorías, como ocurriera con el sistema de pactos en nuestro país.
Esta contradicción, originará una profunda crisis de legitimidad resultado del incumplimiento de sus promesas de igualación económica, social y cultural. La modernidad capitalista nació ofreciendo modelos ideales que tan sólo existían en el deber ser, que distaba de la realidad histórica concreta.
Estas mismas incoherencias filosóficas y doctrinales, se manifestaron históricamente en la democracia de pactos, que no pudo satisfacer las aspiraciones de todos los partidos pactantes, generando profundas grietas en el aparato del Estado republicano en Bolivia, produciendo su rechazo con su mayor expresión en la expulsión del gobierno de Sánchez de Lozada.
El capitalismo y sus formas de organización política arribaron al siglo XXI no sólo arrastrando esas contradicciones, sino que las profundizó al ser aplicada la democracia formal como una mera técnica, que les sirvió como instrumento de legitimación y que como resultado de su instrumentalización, siempre orientada a favorecer a los fines de grupos oligárquicos.
Es pues en el seno del sistema de democracia formal en el que se cultivan, es decir hacen cultura la corrupción, la ineficiencia, el abuso de poder, el aprovechamiento personal, el distanciamiento del poder del ciudadano, materializándose todas estas lacras en el seno de los partidos políticos, produciendo el descrédito de los mismos y generando en los ciudadanos el fenómeno del llamado apolitismo, entendido como la negación de la militancia política y por supuesto, desprecio total por los partidos.
En consecuencia la crisis de los partidos políticos y la política en general es parte de la crisis de la modernidad y también la crisis del capitalismo, que como vemos contiene contradicciones intrínsecas a su propia naturaleza.
Ante este descreimiento en la política y los partidos políticos, el propio sistema produce lo que se ha denominado partidos de cuarta generación (los de cuadros serían los partidos de primera generación, los de masas los de segunda generación y los de electores los de tercera generación).
Los partidos de cuarta generación están basados en la teoría toffleriana del mosaico, siendo el modelo la presencia de diversas formas simultáneamente, así como también hacen referencia al término físico de los fractales, en sentido análogo a la subdivisión infinita de las estructuras íntimas de la materia.
En ese sentido, se concibe al ciudadano como la estructura básica de la sociedad, que en sentido regenerador y dinámico, vuelve a la escena de la política como individuo responsable de acercarse al ciudadano, siendo flexible, virtual, ubicuo, “inteligente” para finalmente, ganar la legitimidad y representatividad que los catapulte como líderes de la construcción de una nueva realidad política. Así los partidos de cuarta generación quisieran ser originales, no tener parecido a ninguno de los preexistentes, reinventarse permanentemente en todo sentido.
En esa línea los “partidos de ciudadanos” están estructurados como una red, una escuela y un medio de comunicación.
La red entendida como ese conjunto de relaciones al infinito, esa red de redes, de personas con ideas no iguales, sino afines, por lo que el “respeto” a la individualidad resulta importante (nada más neoliberal en la política), donde pueden incluirse simultáneamente a los “contactos del viejo partido”, el sindicato o el colegio profesional, las iglesias, las agrupaciones vecinales o de interés temático como ecológicas o de defensa de los animales, los clubes, por lo que aparentemente hace al partido de cuarta generación incluyente a diferencia de los partidos de las anteriores generaciones.
Sin embargo, esta receta del capitalismo para reposicionarse en un momento de crisis de los Estados Nacionales y del propio sistema mundial, tendrá corto alcance en la medida en que en los partidos de cuarta generación, no tienen referentes históricos y por eso mismo tienden a ser macro y poli cefálicos, con muchas cabezas dirigentes pensantes, pero con escasos niveles de articulación orgánica y prognosis, manejados por líderes carismáticos, los que en muchos casos resultan nada más ni nada menos que embaucadores travestidos del propio sistema de partidos en crisis. (¿Para el caso de Bolivia, un proyecto “sin pasado” será posible cuando la memoria larga es la que orienta a las mayorías nacionales?)
Más allá de la pregunta, lo evidente es que su forma novedosa de organización flexible, carente de estructura, logra establecer al menos circunstancialmente y para sus objetivos políticos, lazos y acciones fuertes y afirmativas.
Estas se basan generalmente en sentimientos como el odio, racismo, regionalismo y exclusión, que resultan útiles para sus fines en las acciones de masas de las guerras de cuarta generación y los golpes suaves, en los que el rumor, la mentira y virtualización paralela de la realidad, son sus principales armas.
Es en ese contexto que hoy se usan las redes sociales como instrumento de esta nueva forma de hacer política e implementar la subversión política en contra de gobiernos que comprendiendo la crisis del capitalismo, han planteado acciones alternativas para enfrentarla.
De esta manera, los partidos de cuarta generación y el uso de su principal instrumento, las redes sociales, son parte de las guerras de cuarta generación y los golpes suaves en el mundo.
 Sociólogo. Militante Guevarista.

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