Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Reymi Ferreira
El
martes, el Comité Cívico de Santa Cruz convocó a un paro departamental, el que
se obligó a acatar, principalmente en la ciudad. El pretexto de este grosero
acto político era exigir la destitución de los vocales del Tribunal Supremo Electoral
(TSE). Por donde se vea este paro, que cuenta con el apoyo de los candidatos de
la oposición, atenta contra los más elementales principios de la democracia.
En
primer lugar, fue convocado por un ente corporativo que reúne a las más
arcaicas y conservadoras organizaciones de la sociedad: la federación de
comparsas, la federación de cooperativas de servicios públicos, las cámaras
empresariales, etc. En segundo lugar, el presidente del Comité Cívico habla a
nombre de la democracia, pese haber sido elegido por 200 votos a nombre de 2,5
millones de cruceños. Personalmente, como cruceño ese supuesto presidente
“cívico” no me representa, y creo que a cientos de miles de cruceños tampoco,
porque obviamente está allí por voluntad de las logias regionalistas y no por
voluntad popular. Una tercera incongruencia del “paro cívico” fue la
paralización de la ciudad acudiendo al bloqueo de rotondas, calles y avenidas;
obligando a la ciudadanía a suspender sus actividades, ignorando el derecho
constitucional y democrático a la libre circulación y al trabajo.
Del
presupuesto total recaudado por el Comité Cívico para organizar el paro, gran
parte se destina a la compra de petardos y cohetería, gastos de movilización y
logística. A partir de la medianoche del lunes, grupos de la Unión Juvenil,
algunos en estado de ebriedad, tomaron las rotondas, amenazando con pinchar las
llantas a quienes intentaban circular. Con una profusa cohetería los “cívicos”
anunciaban además que ya no se podía circular. Estas actitudes recuerdan el
famoso toque de queda del dictador Luis García Meza, cuyas hordas anunciaban
con ráfagas que ya no se podía circular a partir de las 21.00 horas.
A
las organizaciones gremiales de transportistas y sindicales que anunciaron que
no iban a acatar el paro no solo se las amedrentó, sino que además se
instalaron piquetes de bloqueo a pocos metros de sus instalaciones, en una
franca provocación y actitud de prepotencia, que muy poco tiene que ver con la
democracia.
La
pregunta que queda es ¿a qué obedece el paro? En verdad no es difícil darse
cuenta que este paro de cívico no tiene nada. Los comités cívicos son
organismos que debieran expresar el sentir de los estantes y habitantes de una
comunidad territorial, reivindicaciones generales, no intereses particulares.
En este caso se quiere hacer pensar que todos los cruceños estamos a favor de
descabezar al Tribunal Supremo Electoral, o que todos apoyamos a las
candidaturas que la derecha quisiera que ganen en octubre. Lo que en realidad
está en juego son las candidaturas que quieren asegurar algunos líderes
plataformeros, quienes buscan usar el paro para ganar notoriedad y ser
incluidos en las nóminas que en pocos días deben ser presentadas al TSE.
¿Pero
será que por satisfacer las ansias electorales de algunos el departamento puede
darse el lujo de perder $us 30 millones? ¿De verdad creen los plataformeros y
politiqueros que por sus caprichos los miembros de un organismo
constitucionalmente establecido van a ser destituidos o van a renunciar?
Obviamente saben que no, pero en realidad lo que importa es hacerse notar, para
ver si son tomados en cuenta. Lo más irrisorio es que el motivo del paro es
pedir la destitución de un organismo constitucionalmente constituido, y se lo
hace a nombre nada menos que de la Constitución.
Abogado.
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