Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Eduardo Paz Rada
El dato más importante que se
divulgó en los últimos días ha sido el importante respaldo que tiene el binomio
Evo Morales-Álvaro Garcia en los jóvenes de entre 18 y 35 años, quienes, de
acuerdo a la encuesta de dos medios de comunicación impresa y televisiva,
votarán por los candidatos del Movimiento Al Socialismo (MAS) en un porcentaje
de 39%, lo que significaría que casi 1.200.000 votantes de las generaciones
nacidas entre 1984 y 2001 respaldan el proceso de transformaciones
estructurales producidas en Bolivia en los últimos 13 años y que han abierto un
horizonte de optimismo a la población joven.
El padrón electoral está
constituido por 6.6 millones de bolivianos y bolivianas que participarán en las
elecciones del 20 de octubre próximo con la presencia de nueve fórmulas
inscritas oficialmente ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y que, según
las encuestas señaladas, se establece que la diferencia entre el primero (Evo
Morales) y el segundo (Carlos Mesa) es de 11%. Si se toma en cuenta las
distintas encuestas con diversas empresas, en la secuencia de meses desde enero
hasta junio, la tendencia sostenida de la subida de preferencias electorales
por Evo Morales, el estancamiento, y en algunos casos retroceso, de Carlos Mesa
y la lenta subida del tercero, Oscar Ortiz, perfila el triunfo del actual presidente
en la primera vuelta de los comicios.
Morales del MAS conseguiría el
triunfo en seis departamentos del país (La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí,
Pando y Beni), Mesa de Comunidad Ciudadana (CC) en dos (Chuquisaca y Tarija) y
Ortiz de Bolivia Dijo No en uno (Santa Cruz).
Ante este panorama se ha desatado
una elevada preocupación en los sectores opositores, constituidos por
oligarquías locales, partidos conservadores, medios de comunicación privados,
intelectuales y analistas de estos medios y aparatos dedicados a campañas
informáticas en las redes virtuales, que han planteado la tesis de que deben
renunciar todos los candidatos, para dejar únicamente a Mesa como cabeza de la
oposición, tratando de remedar experiencias producidas en otros países de la región
bajo la iniciativa de las políticas de Estados Unidos.
Este extremo es improbable
sobretodo tomando en cuenta que los partidos participantes han inscrito a sus
candidatos a las Cámaras de Diputados y Senadores, buscando tener una fuerza
propia de acuerdo a los sectores, regiones e intereses que representan,
especialmente Bolivia Dijo No de Oscar Ortiz que tiene una base política,
social y de intereses económicos muy fuertes en el oriente boliviano.
Desde el frente oficialista,
Morales ha conseguido articular el apoyo de los movimientos sociales populares,
encabezados por la Central Obrera Bolivia (COB), los sindicatos de obreros y
campesinos, los indígenas de oriente y occidente, las juntas vecinales y las
organizaciones de mujeres populares, lo que, junto al respaldo de los jóvenes,
se expresa en las listas de candidatos a parlamentarios que representan a estos
sectores del pueblo boliviano.
El desafío de Evo Morales se
encuentra en dar continuidad y profundizar el proceso de transformaciones de
los últimos trece años a través de la Agenda Patriótica 20-25, en la
perspectiva de avanzar en el mayor control soberano y defensa de los recursos
naturales, especialmente hidrocarburos y minerales, aceleración de la
industrialización, control del comercio exterior y del sistema bancario y
financiero, desarrollo del mercado interno, participación democrática de los
sectores nacional-populares, redistribución de la riqueza, reducción a cero de
la extrema pobreza, antiimperialismo y consolidación del Estado Nacional.
Eduardo Paz Rada, sociólogo boliviano y
docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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