Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
"Los argentinos empezamos a escribir otra historia"
Por: Fernando Cibeira
Alberto
Fernández consiguió un espectacular triunfo sobre Mauricio Macri en las PASO
con un porcentaje del 47,3 por ciento contra el 32,2, sacando nada menos que 15
puntos de diferencia. La amplitud del resultado, que no pronosticó ninguna
encuesta, coloca al candidato presidencial del Frente de Todos como un casi
seguro vencedor en la primera vuelta del 27 de octubre de no mediar alguna
catástrofe. La paliza, extendida prácticamente por todo el país, también
alcanzó a la provincia de Buenos Aires, donde Axel Kicillof incluso superó por
mayor porcentaje a la gobernadora María Eugenia Vidal, el supuesto gran activo
de Juntos por el Cambio: 49,2 a 32,7 por ciento. "Los argentinos
comenzamos a escribir otra historia", sostuvo Alberto Fernández poco antes
de la medianoche en el eufórico búnker del Frente de Todos en Colegiales,
copado por la militancia tanto dentro como afuera, en la calle. El candidato
presidencial los convocó a convencer a quienes no lo habían votado para hacerlo
en las elecciones de octubre y consideró concluido el tiempo de "la
grieta". "Argentina se dio
cuenta que nosotros eramos el cambio, no ellos", afirmó.
En
un gesto simbólico, Alberto Fernández apareció en el escenario del brazo de
Taty Almeida -Madres de Plaza de Mayo- y Lita Boitano -Familiares de
Desaparecidos y Detenidos-. Ya habían hablado Matías Lammens, Máximo Kirchner,
Sergio Massa y Kicillof. El del candidato presidencial no fue un mero discurso
de agradecimiento sino que repasó algunos de los principales ejes de su
campaña. Habló de la importancia de las escuelas y las universidades públicas,
de la necesidad de que las pymes reciban ayuda estatal y de que los jubilados
tienen derecho a acceder a un sistema de salud.
Mencionó a Cristina Kirchner, quien votó en Santa Cruz y apareció a
través de un video grabado en el que destacó la jornada electoral "sin
incidentes" y "con números que nos ponen muy contentos".
El
triunfo del Frente de Todos fue vaticinado por los primeros boca de urna que
aparecieron al mediodía, pero los resultados oficiales terminaron siendo mucho
más amplios. Tal como venía anticipando la oposición, la actuación de la
empresa Smartmatic en el recuento fue un desastre. El Gobierno prometió los
primeros datos oficiales a las 21, pero estuvieron una hora y media más tarde.
Luego aparecieron los cómputos pero la página web se cayó una y otra vez.
Antes
que eso, Macri tuvo una salida insólita, en la que salió a reconocer su derrota
sin que se hubiera difundido ni un sólo número. "Hicimos una mala
elección", admitió. Sostuvo que el resultado obligaba al Gobierno a
"redoblar los esfuerzos" a partir de hoy e insistió con el latiguillo
de que en esta elección se jugaban "los próximos 30 años de la Argentina",
sea eso lo que quiera decir. Ya había sostenido algo parecido a la mañana
cuando fue a votar y se paseó alegremente por la veda al sostener que "los
mercados esperan que los argentinos sigamos en el mismo camino". La
referencia era a la operación bursátil que armó el propio Gobierno el viernes
para hacer subir la Bolsa y simular una apoyo del mundo financiero. No sirvió
de nada.
A
lo largo y lo ancho
El
triunfo del Frente de Todos se extendió por casi todo el país, a excepción de
Córdoba y Ciudad de Buenos Aires, aunque en ambos casos cumpliendo con el
objetivo impuesto por el equipo de Alberto Fernández de alcanzar al menos el 30
por ciento de los votos. En cambio, lograba una sorprendente victoria en
Mendoza, lo mismo que en Jujuy y Corrientes. En los tres casos se trata de
provincias gobernadas por el radicalismo, en los que un resultado favorable se
ponía en duda. También obtenía
importantes victorias en Santa Fe y en Entre Ríos, dos provincias en las que se
había impuesto Cambiemos en las presidenciales de 2015. Un resultado llamativo
fue el de Rosario, donde Fernández le sacó 20 puntos a Macri.
Otro
número impactante fue el de Río Negro, la provincia de Miguel Angel Pichetto,
donde el Frente de Todos le ganó por más de 30 puntos a Juntos por el Cambio.
Además, Pichetto había sumado como incorporación al senador puntano Adolfo
Rodríguez Saá, pero en San Luis también cayeron por el 10 por ciento. En
verdad, el triunfo se extendió por todo el norte y el sur del país. En Santa
Cruz, por casi 30 puntos. Además, en un lento recuento debido a las
complicaciones habituales que ocasiona el sistema de la ley de Lemas, la
gobernadora Alicia Kirchner obtenía su reelección al cierre de esta edición
(ver página 19).

En
su discurso de triunfo, Kicillof destacó lo desigual que había sido la campaña
en cuanto recursos. "No se gastaron millones en publicidad. No se mintió,
no se agredió", resaltó, y reiteró los 90 mil kilómetros recorridos en el
ya mítico Renault Clío de su amigo Carlos Bianco. Omnipresente en los medios en
las semanas previas, ayer Vidal pasó cabizbaja por el búnker de Costa Salguero
y no dijo palabra. En su entorno, le apuntaban al jefe de Gabinete, Marcos
Peña, por el mal manejo de la campaña. Vidal quería desdoblar la elección para
asegurarse otro mandato en la Provincia. Sin embargo, la magnitud de la derrota
hace pensar que hubiera perdido de cualquier forma.
En
una señal de que ya se empieza a jugar la sucesión en el oficialismo, Rodríguez
Larreta dio un discurso de triunfo dedicado exclusivamente a la Ciudad. Su
triunfo del 46,4 por ciento contra el muy buen 32 por ciento de Lammens lo dejó
cerca de un triunfo en primera vuelta en octubre. Aunque con los resultados
generales de ayer, no había que dar nada por sentado.
Polarización
extrema
Entre
las dos principales fuerzas se llevaron el 80 por ciento de los votos, lo que
dejó poco para repartir entre el resto. Con el 8,3 por ciento, Roberto Lavagna
salió a celebrar el módico consuelo de haber convertido a Consenso Federal -a
años luz de los dos primeros- en la tercera fuerza del país. Por la noche,
Lavagna llamó a Alberto Fernández para felicitarlo, lo que podía anticipar un
acercamiento entre ambas fuerzas.
Las
otras tres fuerzas que consiguieron superar el piso para competir en las
elecciones generales eran el FIT-Unidad con el 2,9 por ciento, el Frente NOS de
Juan José Gómez Centurión que obtuvo el 2,6 por ciento y la alianza Unite del
mediático economista José Luis Espert, quien luego de tantas dificultades para
llevar adelante su postulación, consiguió apenas el 2,2 por ciento, bastante
menos de lo que le auguraban los sondeos.
Síguenos en Facebook: Escuela Nacional de Formación Política
y Twitter: @escuelanfp
Regístrate también en nuestro canal en Telegram
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios