Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás
Por: Adolfo
Condarco Mariño
Sin duda Carlos Mesa está
caminando sobre una cuerda floja. Su pasado político está golpeando las puertas
de su conciencia.
Dicen que el que calla otorga.
Entonces podríamos entender que su silencio y esa soberbia para evadir las
acusaciones de haber gozado -durante una época de crisis- de altos salarios
provenientes de los “gastos reservados” y, especialmente, el caso de extorsión
para ser candidato del MNR, es un: Sí recibí... ¿y qué?
Sin embargo al pueblo se le puede
engañar varias veces, pero no todo el tiempo. Las pruebas que han estado
apareciendo desde distintas fuentes están dando la certidumbre al ciudadano de
a pie de conocer a cabalidad -y con lujo de detalles- sobre el extraño
comportamiento de este candidato durante su participación en el gobierno de
Gonzalo Sanchez de Lozada y posteriormente cuando fue presidente.
Precisamente un video de la
periodista Amalia Pando, que en estos días circuló en la red, explica que
Carlos Mesa, vicepresidente entonces, recibía 100.000 dólares mensuales por
concepto de gastos reservados, de los cuales 27.000 eran destinados a él y
distintos miembros de vicepresidencia. Los 73.000 sobrantes, los disponía “a su
gusto”.
Todo ese despilfarro de dinero
era como un revés al pueblo, pues ocurría en una época en que los bolivianos
sufríamos una de las peores crisis económicas y el país, según propias palabras
de Carlos Mesa, vivía de la limosna internacional.
A escasos dos meses de los
comicios de octubre, las estrategias de campaña de Comunidad Ciudadana se ha
visto afectada por la postura, entre arrogancia y victimización de Carlos Mesa
ante estos cuestionamientos.
Ricardo Paz, uno de sus
portavoces siguiendo este lineamiento, cuando el reconocido periodista Tuffi
Aré le preguntó sobre el pedido de dinero para aceptar la vicepresidencia del
MNR, éste contesto, “que al electorado le interesa un pepino”. Diferentes
encuestas demostraron que el jefe de campaña de Mesa se equivocó una vez más.
El camino hacia la presidencia
que con triunfalismo anunciaron desde esta tienda política de Comunidad
Ciudadana se ha ido convirtiendo en un vía escabrosa y sin rumbo. Carlos Mesa
se encuentra ante una histórica disyuntiva: O afronta los cuestionamientos que
le hace el pueblo, brindando una explicación clara y precisa, o su carrera
política -de por sí devaluada- terminará de manera abrupta en el basurero de la
historia.
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